PRACTICA HIDROGRAFÍA 1
El mapa muestra tanto los principales ríos como las
costas peninsulares. Obsérvelo y conteste:
a) Identifique las letras A, B y C con las vertientes hidrográficas españolas.
Señale, además, el nombre de las provincias incluidas en la vertiente señalada
con la letra B.
b) Diga el nombre, junto con el número correspondiente, de los ríos que
aparecen con 1,3,5,6 y 8. Además, conteste: ¿Por qué es más extensa la
vertiente fluvial occidental que la del sector oriental?
c) Diga el nombre de los ríos 2, 9, 4 y 7. ¿Qué diferencias esenciales
existen entre estos ríos con los de la vertiente occidental?
d) ¿Qué diferencias principales existen entre el aprovechamiento
socioeconómico de las costas cantábro-atlánticas del Norte y las costas mediterráneas
y atlánticas del Sur? Razónelo.
a) A:
Atlántica B: Cantábrica y C: Mediterránea. Las provincias que incluye
la vertiente Cantábrica son: La Coruña, Lugo, Asturias, Santander, Burgos,
Álava, Vizcaya, Guipúzcoa y Navarra.
b) 1: Miño; 3:
Duero; 5: Tajo; 6: Guadiana; 8: Guadalquivir.
La razón es triple. Primero
porque, la divisoria de aguas entre la vertiente occidental (atlántica) y oriental
(mediterránea) la trazan las cordilleras Ibérica y Béticas. Tanto aquella como el
sector más oriental de éstas, se sitúan en la banda oriental de la Península y
por tanto mucho más cerca del Mediterráneo.
Segundo por la
ligera basculación de la Meseta hacia el Oeste y la similar inclinación de la
Depresión Bética determinan que la mayoría de los ríos peninsulares, aunque
nacen en el tercio oriental de la Península, discurran hacia el oeste y
desemboquen en el Atlántico.
Y Tercero por el
trazado en el sentido Oeste-este que tienen la Cordillera Cantábrica, Central,
Montes de Toledo, Sierra Morena y las Béticas, que diseñan las cuencas de los
grandes ríos atlánticos, que quedan obligatoriamente encauzados así hacia el
oeste.
c) 2: Ebro; 9: Turia; 4: Júcar; 7: Segura.
Salvo el Ebro, son
cortos, pues nacen cerca del Mediterráneo; tienen cuencas reducidas y pronunciadas
pendientes en parte de su curso. Al pertenecer al dominio climático
mediterráneo, tienen pequeño caudal, mucha irregularidad y fuertes crecidas y estiajes.
A veces son simples torrentes o ramblas.
Por contra, los de la vertiente atlántica poseen cuencas muy amplias, son largos, tienen en general escasa pendiente y, aunque también pertenecen
al dominio mediterráneo (aunque algunos de sus afluentes lo son del de montaña)
y tienen también un régimen irregular
y un estiaje más o menos acusado, suelen
estar mejor alimentados por unas
precipitaciones más elevadas y afluentes más caudalosos. Además, su caudal absoluto es más elevado, aunque el relativo es modesto al poseer cuencas muy amplias.
d) LA GANADERÍA y LA AGRICULTURA:
la costa norte pertenece al dominio climático oceánico, con abundantes y
regulares precipitaciones que producen ricos pastos y bosques caducifolios,
favoreciendo el desarrollo de la explotación
ganadera y forestal. En cambio, en el resto del sector costero, la mayor aridez
impide el desarrollo de pastos naturales y limita el uso ganadero. A cambio, temperaturas
e insolación permiten el desarrollo de la agricultura intensiva y
especializada: cultivos hortofrutícolas en regadío, cultivos bajo plástico
(Almería), cultivos tropicales en la
costa de Granada y Málaga, la fresa en Huelva…
LA PESCA: La importancia de las pesca de
altura y la acuicultura en las costas del norte es mayor, al tener sus aguas mayores
recursos. Las costas mediterráneas están más contaminadas, y sufren la presión
turística y el agotamiento de los caladeros. En ellas domina la pesca artesanal.
LA INDUSTRIA:
Históricamente se ha desarrollado más en el norte gracias a la presencia de
recursos como el carbón asturiano o el hierro vizcaíno, que favorecieron la
implantación de la industria siderúrgica, metalúrgica y naval. En las costas
del sur sólo las políticas de reindustrialización generaron algunos Polos Industriales
como el químico de Huelva, el petroquímico de Algeciras o el naval en Cádiz.
Más recientemente se ha potenciado el tejido industrial en torno a Málaga.
EL TURISMO:
la costa mediterránea destaca en relación con el turismo de sol y playa, debido
a sus favorables condiciones meteorológicas: temperaturas e insolación más
elevada y precipitaciones más escasas. En el norte esta tipología es menos
importante, completándose con el cultural, paisajístico…
PRÁCTICA HIDROGRAFÍA 2
El mapa representa el balance hídrico de las
principales cuencas hidrográficas de la Península Ibérica, Baleares y Canarias.
Analícelo y responda a las preguntas siguientes:
a) Exprese del 1 al 11 los nombres de los principales
ríos que alimentan cada una de esas cuencas
b) ¿Qué Comunidades Autónomas tienen un balance hídrico
negativo?
c) Explique los contrastes y variación de los valores
del balance hídrico en las cuencas de la vertiente atlántica peninsular.
a) 1) Miño, Sil,
Tambre, Ulla... 2) Nalón, Nervión… 3) Duero,
Pisuerga, Tormes… 4) Tajo,
Henares, Jarama. 5) Guadiana, Záncara, Tinto y
Odiel. 6) Guadalquivir, Genil,
Jándula… 7) Andarax, Almanzora…
8) Segura. 9) Júcar, Turia… 10) Ebro, Jalón, Aragón,
Gállego, Segre… 11) Ter, Llobregat…
b) Cataluña, Comunidad Valenciana, Murcia, Baleares,
Canarias, Sur y Este de Andalucía y Este de Castilla-La Mancha.
c) Al observar el balance
hídrico de las cuencas de la vertiente atlántica apreciamos tres hechos:
· Todas ellas
presentan un balance hídrico positivo.
· Destaca el
importante superávit hídrico de la cuenca atlántica del noroeste. Ella sola
acumula más de la mitad del volumen de agua del que las cuencas atlánticas son
excedentarias.
· Es evidente que, en
general, el balance positivo disminuye de norte a sur.
Las razones que explican estos hechos están en
las condiciones climáticas y de relieve, destacando:
El clima oceánico y
la dinámica atmosférica que afecta al noroeste peninsular –visitado con
frecuencia por las borrascas atlánticas- explican allí las abundantes lluvias,
frente a la escasez que el clima mediterráneo proporciona al resto del país.
Además, el efecto barrera de las
cordilleras de sentido longitudinal, los
vientos permanentes del oeste que impulsan los frentes y el carácter macizo de la Península,
explican el incremento de la aridez, tanto de norte a sur como de oeste a este.
El nivel de las temperaturas influye
sobre la evapotranspiración, acentuando la pérdida de agua en las zonas más
cálidas y, por tanto, incrementando este efecto de norte a sur.
Las precipitaciones son el principal
determinante del caudal de los ríos. Por eso, el régimen de los ríos gallegos
es bastante regular y su caudal abundante, teniendo por eso un balance hídrico
más positivo. El resto de los ríos de estas cuencas presentan fuertes estiajes
en verano (más cuanto más al sur), coincidiendo con el mínimo de la
precipitación.
El caudal depende
también de la aportación de los afluentes.
Así el Duero y el Tajo reciben afluentes que nacen en las Cordilleras
Cantábrica y Central, islas húmedas que alimentan bien a sus ríos, incluso con
las nieves de sus cumbres, algo de lo que carecen los Montes de Toledo y Sierra
Morena que delimitan las cuencas del Guadiana y Guadalquivir.
También la litología influye sobre la red
hidrográfica según la permeabilidad y resistencia a la erosión de las rocas.
Así, las silíceas son poco permeables y muy resistentes, favoreciendo la
circulación superficial del agua. Las calizas son permeables y solubles en agua
con CO2, por lo que es frecuente que esta se filtre creando acuíferos.
Las arcillas son muy impermeables y favorecen la escorrentía superficial.
El balance hídrico relaciona los recursos
y el consumo de agua. Así, la cuenca
atlántica andaluza y la del Guadalquivir tienen un potencial demográfico,
urbano y económico mayor que el de la Meseta: Son zonas
con una fuerte implantación del regadío, presentan un gran desarrollo urbano y
en la costa tienen un fuerte desarrollo turístico. Todos ello conlleva consumo
de agua y, por tanto, balances hídricos menos positivos.
PRÁCTICA HIDROGRAFÍA 3
El mapa
representa el balance hídrico de las principales cuencas hidrográficas de la
Península Ibérica, Baleares y Canarias. Analícelo y responda a las preguntas
siguientes:
b) Explique las diferencias en cuanto a la extensión y
configuración del relieve de las cuencas de las tres vertientes: cantábrica,
atlántica y mediterránea.
c) Explique las causas
de la variación de los balances hídricos entre las distintas cuencas.
a) 1:Miño; 2:Nalón; 3:Duero; 4:Tajo; 5:Guadiana;
6:Guadalquivir; 7:Andarax; 8:Segura; 9:Júcar; 10:Ebro; 11:Ter
b) Las diferencias en la extensión de las vertientes y
cuencas españolas derivan de las características del relieve peninsular,
especialmente: su disposición periférica; el contraste entre las cordilleras de
dirección longitudinal y las de sentido submeridiano y, finalmente, la
basculación de la Meseta hacia el oeste.
Así, la divisoria de aguas entre la vertiente
atlántica y la mediterránea está situada en las cumbres de la Cordillera
Ibérica (al este de la Península) y las Béticas (sur-sureste). Esto hace que
los ríos atlánticos deban recorrer un largo trayecto, dirigidos por la inclinación
de la Meseta hacia el Oeste, hasta llegar a su desembocadura. Esto provoca una
gran disimetría entre vertientes a favor de la atlántica.
El diseño paralelo y alargado de E a W de las
cuencas del los grandes ríos atlánticos obedece a que ésta es la dirección
dominante, tanto de las cadenas que delimitan sus cuencas (Cantábrica, Central,
Mtes. de Toledo, Sª Morena e incluso las Béticas), como de la inclinación del
bloque de la Meseta.
Por su parte, la situación muy cercana a la costa de la
Cordillera Cantábrica, Costero Catalana, zona SE de la Ibérica y Penibética,
determinan la existencia de cuencas
pequeñas en las vertientes cantábrica y mediterránea, y que sus ríos sean cortos, de fuerte pendiente
y muy erosivos.
La excepción es la
cuenca del Ebro, río largo y de suave pendiente y bien alimentado por los
afluentes procedentes de la cordillera Ibérica y Pirineos.
Las cuencas
atlánticas son las más grandes, si bien la
litología y sus características geomorfológicas, introducen diferencias en
sus paisajes hidrográficos (Arribes del Duero, desaparición de las aguas
superficiales en el curso alto del Guadiana al atravesar zonas calizas,
terrazas del Guadalquivir en zona de campiñas, marismas del Tinto y el Odiel…).
c) El clima es el
factor más influyente a la hora de explicar la variación de los balances hídricos
entre las distintas cuencas. Las aguas que transportan los ríos proceden de la escorrentía,
por ello existe una relación directa entre el total de precipitaciones que registra
un clima y el caudal de sus ríos. Pero no olvidemos que una parte de estas
aguas vuelven a la atmósfera por la evapotranspiración, favorecida por las
altas temperaturas, el viento, etc.
Como tanto las
precipitaciones como la evapotranspiración se reparten muy desigualmente por el
territorio, ello se traduce en balances hídricos muy variables: Positivos en
las cuencas al norte del Tajo; con excedentes moderados en las cuencas del
Guadiana y Guadalquivir, y con déficits muy acusados en las del litoral
mediterráneo.
No hay que
despreciar otros factores de índole física como la pendiente, la mayor o menor
permeabilidad del suelo o la existencia de vegetación que frena la escorrentía y
ralentiza el proceso de incorporación del agua de lluvia a los cauces, atenuando
las crecidas violentas, tan frecuentes en los regímenes mediterráneos.
Analizando los balances hídricos de las distintas cuencas podemos concluir que:
Las cuencas de la
vertiente cantábrica presentan un balance hídrico muy positivo por la abundancia
de precipitaciones ligadas al clima oceánico, que da a sus ríos una gran
regularidad.
Las cuencas de la
vertiente atlántica presentan ríos caudalosos, aunque su caudal se reduce de norte
a sur al ritmo de la disminución de precipitaciones en el mismo sentido. Sin
embargo, la cuenca del Tajo presenta mejor balance que la del Duero, debido al carácter
más seco pluviométricamente hablando de ésta y a la buena alimentación de los
afluentes del Tajo provenientes del Sistema Central.
Las cuencas del
Guadiana y Guadalquivir tienen balances positivos, aunque ésta última se acerca
al punto de equilibrio por el aumento de la aridez estival, los altos niveles
de evapotranspiración y un alto consumo de agua ligado a una población numerosa
en el Valle, regadíos, actividades industriales y turísticas….
Las cuencas de la
vertiente mediterránea presentan todas un balance negativo, excepto la del Ebro,
que recibe agua de afluentes bien alimentados que nacen en los Pirineos y
Sistema Ibérico. El caudal de los ríos mediterráneos es irregular, con fuertes
crecidas en otoño debido a las lluvias torrenciales (gota fría) y acusados
estiajes en verano por la ausencia de precipitaciones (aridez). Las Islas
Baleares, incluidas en el ámbito mediterráneo presentan también un balance
negativo.
Las islas Canarias
tienen aguas esporádicas y se encauzan a través de los barrancos. Esto se debe
a la permeabilidad del terreno y a la escasez de precipitaciones. Su balance
es, por tanto negativo.
PRÁCTICA HIDROGRAFÍA 4
En el mapa se
representan los tipos de regímenes fluviales de España. Analícelo y
conteste a las preguntas siguientes:
a) Identifique las unidades de relieve que presentan un
régimen de montaña.
b) Explique las razones de la inexistencia de redes
fluviales importantes en los dos archipiélagos representados
c) Explique qué factores influyen en la distribución de
los diferentes regímenes fluviales en la España peninsular.
a) Cordillera pirenaica, tanto los Pirineos axiales como los
prepirineos; Cordillera Ibérica, sobre todo en su zona septentrional (Picos de
Urbión) y zonas de Sierra de Albarracín y Cuenca; y cordilleras Béticas, tanto
en las Subbéticas (Zona de las sierras de Cazorla, Segura…) como en la Penibética
(Sierra Nevada)
b) En Baleares no existen cursos de agua
permanente y sus aguas corrientes se encauzan a través de los torrentes que
conducen rápidamente las aguas hasta el mar. Además, Baleares posee un clima
mediterráneo puro, con precipitaciones escasas y fuerte sequía estival. Pero,
además, influye su litología caliza que favorece la infiltración de las aguas
superficiales, por lo que las subterráneas son aquí más importantes que
aquellas. Además, la presión humana sobre el agua ha hecho de ella un bien
escaso regulado y controlado, que dificulta el correr de las aguas.
En Canarias la falta de
precipitaciones es aún más acusada y, cuando llueve, la fuerte pendiente de sus
cursos de agua acelera su evacuación al mar. Además los materiales volcánicos dominantes
son muy permeables y abundan las grietas en el terreno, lo que explica que aquí
las aguas sean mayoritariamente subterráneas. A ello añadimos que la topografía
de los malpaíses dificulta la
escorrentía y favorece la infiltración y que las temperaturas son elevadas
durante todo el año, lo que favorece la evaporación.
Pero esta situación también es producto de la acción humana. Hasta fechas
recientes salvo, en las islas más orientales –más áridas-, en todas las islas
existían arroyos permanentes, pero las necesidades de captación de agua para
consumo humano ha cortado la regularidad de estos arroyos y los abundantes
pozos rebajan el nivel de base de los ríos, provocando su desaparición
superficial.
c) Los factores que influyen en la
distribución de los diferentes regímenes fluviales son:
El clima. Influye sobre la red
hidrográfica a través de las precipitaciones, ya que su volumen determina el
caudal de los ríos y del régimen pluviométrico, que determina su mayor o menor
regularidad. Por eso los ríos de la España húmeda (clima oceánico) son
regulares a lo largo del año y de caudal abundante; los de la España seca (mayoría de los tipos
mediterráneos) son irregulares y menos caudalosos y los de la región
mediterránea árida del sureste se caracterizan por sus fuertes crecidas (gota
fría) y estiajes.
También las temperaturas influyen,
ya que las altas temperaturas provocan pérdidas de agua por evaporación, lo que
afecta sobre todo a las zonas del interior y sur peninsular durante el verano.
El relieve. Condiciona la
disposición y organización de la red fluvial a partir de los siguientes hechos:
·
La disposición
periférica y muy cercana a la costa de algunas cordilleras hace que los
ríos que nacen en sus laderas orientadas al mar sean cortos y de fuerte pendiente.
·
La divisoria
de aguas entre las vertientes atlántica y mediterránea está situada en las
cumbres de la Cordillera Ibérica y las Béticas. Esto, unido a la inclinación del bloque de la Meseta
hacia el Oeste provoca una gran
disimetría entre vertientes a favor de la atlántica.
·
La pendiente determina la velocidad de la
corriente y la rapidez de las crecidas y, por tanto, la capacidad erosiva de los ríos. A su vez, la pendiente depende de la
distancia entre la cabecera y el nivel de base de la desembocadura. Por eso la
mayoría de los ríos cantábricos y mediterráneos tienen fuertes pendientes y son
muy erosivos. Al contrario, los que atraviesan la Meseta presentan poca
pendiente y a veces pueden generar zonas endorréicas.
·
La altitud
también influye en el régimen hidrográfico. Con la altitud aumentan las
precipitaciones (y por tanto el caudal) y la nieve de las cumbres hace que, con
el deshielo, aumente el caudal.
La litología. Influye sobre las
características de la red hidrográfica según el grado de permeabilidad y
resistencia a la erosión de las rocas. Así, las rocas silíceas son poco
permeables, favoreciendo la circulación superficial del agua. Las calizas son
permeables y solubles en agua carbonatada, por lo que facilitan que el agua se
filtre creando freáticos subterráneos. Finalmente, las zonas arcillosas son muy
impermeables y se caracterizan por la escorrentía superficial.
La vegetación retiene el agua de
las precipitaciones, favoreciendo la infiltración y la humedad del suelo y
evitando la erosión. Por el contrario, la falta de vegetación no favorece la
filtración y el agua de arroyada erosiona fácilmente un suelo que está más
sometido a la evaporación.
La intervención humana. El
hombre modifica las características de la red fluvial mediante la construcción
de infraestructuras hidráulicas: embalses, presas, encauzamientos, canales…
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