martes, 20 de septiembre de 2016

TEMA 1

TEMA 1. INTRODUCCIÓN A LA GEOGRAFÍA DE ESPAÑA
1. Situación y posición.
    El territorio español está básicamente configurado por la España peninsular, el archipiélago mediterráneo de Baleares, el atlántico de Canarias y las ciudades norteafricanas de Ceuta y Melilla.
España es un país de gran extensión, el segundo de la U.E., con una superficie de504.645 km2 De su extensión total, la España peninsular ocupa más del 97% (492.494 km2). Cuenta, además, con  un gran desarrollo costero: Más de 3900 km de costas en la península  y más de 2.000 en las islas, de ahí su tradición marinera
España está localizada en su totalidad en el hemisferio norte, más concretamente en su franja templada-cálida. Si nos referimos al territorio peninsular nuestra latitud comprende desde los 36º N de la isleta de Tarifa (Cádiz) hasta los 43º 47´del Cabo de Estaca de Bares (Coruña), mientras la longitud se extiende desde los 9º 18´W del Cabo de Touriñán (Coruña) hasta los 3º 19´E del Cabo de Creus.
No obstante los extremos geográficos occidental, oriental y meridional de las tierras españolas se ubican en nuestras islas. Así,  los algo más de 27º N de la Punta de Saltos (Isla del Hierro) constituyen el limite más meridional de España, estando el más occidental en la misma isla, concretamente en Punta Orchilla, a poco más de 18º W y el más oriental en la Punta del Esperó (isla de Menorca), a algo más de 4º E.
Por otra lado, la mayor parte del territorio españolo pertenece al continente Europeo, ocupando buena parte de su extremo suroccidental. De hecho, la Península Ibérica es la más occidental de las penínsulas mediterráneas y cierra el contacto abierto entre el Mediterráneo y el Atlántico. Su forma es la de un cuadrilátero irregular de unos 850 Km de este a oeste y unos 1000 de norte a sur.
España mantiene fronteras terrestres con cinco estados: Francia, Portugal, Marruecos, Andorra y Gran Bretaña, esta última a través de la colonia de Gibraltar.
En cuanto a sus fronteras geográficas España limita al norte con el mar Cantábrico, al este con el Mar Mediterráneo, al sur con este mismo mar y el Océano Atlántico, que junto a las tierras de Portugal constituye su límite occidental.
Elemento esencial de la definición geográfica de España es su predominante carácter peninsular, ligado a la posición de la propia península Ibérica. En este sentido puede afirmarse que su situación es excéntrica y periférica respecto a Europa, ello por dos razones:
·   *Por un lado, la Ibérica es la más occidental de las penínsulas mediterráneas, estando estratégicamente situada como pieza de separación entre el Mar Mediterráneo y el Océano Atlántico
·    *Por otro, es la más meridional de las penínsulas europeas y, por ello, la más cercana al continente africano. Pensemos que sólo 14 Km separan Europa de África por el Estrecho de Gibraltar.
Por ello puede decirse que la Península Ibérica está estratégicamente situada en una encrucijada geográfica, al encontrarse entre dos mares y dos continentes. Ello ha tenido y sigue teniendo importantes consecuencias derivaciones geográficas e históricas.
Prueba de ello es el mismo nombre del país, que procede de Hispania, denominación que los romanos dieron a la península. Este término tiene un origen aún más antiguo: fueron los fenicios los que llamaron a estas tierras Ischphanin costa de los conejos”. Pero, incluso antes, los griegos la llamaron Iberia. Este nombre proviene del río Íber, probablemente el actual Ebro, aunque también pudiera ser otro río de la provincia de Huelva, el Iberus o un pueblo al que llaman iberos.
2. Consecuencias geográficas que se derivan de ellas.
Las consecuencias inmediatas de la singular  posición geográfica que España tiene dentro del planeta son, básicamente:
a)     Su carácter de territorio esencialmente mediterráneo.
b)     Su situación como encrucijada o cruce de caminos y
c)     El gran valor geoestratégico de nuestro país.
 a) En primer lugar España es un país mediterráneo por su relieve, ya que aunque su base está en antiguos movimientos tectónicos, sobre todo en la orogénesis herciniana, su actual configuración tiene más que ver con el plegamiento alpino de la era terciaria, responsable del diseño geomorfológico de la Europa Mediterránea.
Por otra parte, y sobre todo, España es fundamentalmente mediterránea por diversos aspectos geográficos:
  • Por su clima: Veranos largos y calurosos caracterizados por una acusada sequía; inviernos de temperaturas moderadas y primaveras y otoños suaves y húmedos.
  • Por su vegetación: Con un dominio de la vegetación mediterránea de bosques degradados formados por árboles perennifolios, matorrales y xeroestepas que junto a otras formaciones vegetales hacen que la diversidad vegetal en España sea excepcional.
  • Por el régimen de sus ríos, de caudal a menudo irregular y afectados por importantes fenómenos de crecidas y estiajes.
  • Por el dominio de la agricultura mediterránea de trigales, olivares y viñedos en los secanos y huertas en los regadíos
  • Por los modos de vida rurales, tradicionalmente dominados por sistemas como el barbecho y la trashumancia, ya en vías de extinción.
  • Y por los tipos de asentamientos humanos.
 b) La situación de encrucijada que se atribuye a España es también reconocible en las condiciones naturales y humanas.
Las influencias naturales se señalan en el clima y en la vegetación. Los rasgos climáticos de la Península están determinados por la influencia de las borrascas y de los anticiclones provenientes del Atlántico y por las condiciones meteorológicas que se generan en la cuenca del Mediterráneo.
En España se dan también especies de flora y fauna características de Europa y África.
En el norte de España se encuentran formaciones arbóreas europeas, con especies como el abeto blanco, el haya o el roble; en el sur y el levante peninsular crece de forma espontánea el palmito, una planta típicamente africana. El reparto del territorio entre las regiones biogeográficas Eurosiberiana, Mediterránea y Macaronésica, es buena prueba de este cruce de influencias.
En el plano humano, en España se han asentado desde la Antigüedad pueblos de diversa procedencia (fenicios, griegos, cartagineses, romanos, musulmanes……..), algo semejante a lo que ocurre en la actualidad, lo cual acentúa este carácter de España como lugar de encuentro de influencias de distintos continentes. Así lo demuestran los flujos migratorios procedentes, en la actualidad, de África o América Latina.
c) En cuanto a la posición geoestratégica de España conviene decir que ésta deriva de de su situación y de su posición geográfica de primer orden para entablar relaciones de todo tipo con países de dos continentes tan dispares como son África y América. Con la primera nos une nuestra historia común durante ocho siglos, en tiempos de la dominación musulmana. Con la segunda el papel jugado por España en el descubrimiento, conquista y colonización de América durante más de tres siglos.
España es el país europeo más próximo al continente africano, por lo que se ha dicho en muchas ocasiones que el estrecho de Gibraltar, más que frontera, es un puente que une África con Europa a través de España, así lo demuestran la multitud de embarcaciones que intentan atravesarlo. Por ello, en el terreno comercial y económico, la presencia de España es muy intensa en los países norteafricanos. Se trata, pues, de relaciones humanas, económicas y políticas que se producen en ambas direcciones.
No son menos importantes las relaciones que mantiene España con el continente americano. Conviene destacar que España controla uno de los pasos por los que discurre la navegación marítima en el sentido de los paralelos. Por otro lado, la posición de las islas Canarias y la situación de los puertos españoles del litoral atlántico, próximos al circuito de las corrientes marítimas que facilitan la navegación por este mar, son elementos que refuerzan este carácter de avanzada o lanzadera que tiene España en las relaciones con el continente americano.
 3. Unidad y variedad.
España, cuya forma fue comparada por el geógrafo griego Estrabón con la de una piel de toro extendida, ha sido descrita muchas veces como un continente en miniatura al ofrecer una gran variedad de elementos físicos (relieve, climas, vegetación y suelos), lo que conforma una importante diversidad geográfica.
Geográficamente, nuestra situación en una zona intermedia de la zona templada nos aleja equitativamente de las agobiantes temperaturas de las zonas tropicales y de los fríos inviernos del norte de Europa. Junto a ello, el carácter peninsular, la elevada altura media, un relieve complejo que compartimenta el espacio, las tierras insulares, etc., dan al medio natural de España una gran variedad y riqueza de regiones geográficas y naturales.
Puede afirmarse que España es un país de contrastes geográficos. Ello viene determinado, básicamente, por la compleja compartimentación del territorio que provoca el diseño de nuestro relieve. Pero, además, la diversidad geográfica viene marcada por la variedad geológica y edáfica, los fuertes contrastes climáticos, la gran variedad biogeográfica (vegetación y fauna), el desigual reparto de los recursos, la más que notable oposición entre el interior y la periferia... En fin, un marco geográfico que favorece más las diferencias que las uniformidades.
En este sentido la gran singularidad geográfica de España viene dada por:
·       Su carácter peninsular.
Este es el primer rasgo que sobresale del territorio español. El vasto cuadrilátero que forma el solar hispano, semejante a una piel de toro extendida, según el geógrafo griego Estrabón, está unido al continente europeo por un istmo de 440 Km de largo, de gran estrechez, que se corresponde con la cordillera pirenaica, lo cual acentúa aún más el carácter peninsular de España. Es cierto que la Península sólo queda separada de África por un pequeño espacio de 14 Km, pero el Estrecho de Gibraltar ha separado tradicionalmente dos continentes que representan dos mundos distintos. Todo esto contribuye a que el aislamiento de la Península Ibérica sea mayor que el de cualquier otra península europea.
·       La situación y la posición geográficas de la Península Ibérica.
La P. Ibérica es la más meridional y la más occidental de Europa. Por su posición avanzada hacia el sur es el país más próximo al continente africano, y es la única que se encuentra entre dos mares. Todo ello le supone una posición excéntrica respecto del continente europeo.
Su situación en el Hemisferio Norte y sus coordenadas geográficas le confieren rasgos originales que derivan, sobre todo, de sus características geográficas. Veámoslas:
·       La configuración del relieve.
Las especiales características de la organización del relieve también singulariza a España:
  • La forma maciza es consecuencia de la gran extensión en latitud y longitud de la Península y del carácter poco articulado de sus costas: Costas rectilíneas que guardan gran distancia entre ellas y con escasos entrantes y salientes, dándole un marcado carácter continental al interior de la Península
  • Su elevada altura media, que con 660 m es la segunda de Europa después de Suiza. Ello se debe, más que a sus altas montañas, a que buena parte del territorio peninsular español está ocupado por una plataforma de tierras elevadas entre 600 y 800 m, la Meseta Central española.
  • La disposición del propio relieve, cuyas unidades se disponen periféricamente al bloque de la Meseta Central, de manera que el interior de la Península queda protegido como si de una fortaleza se tratara, o bien circunvalan el conjunto del territorio –salvo por el Oeste- Esta singularidad del relieve le confiere al país un carácter continental en gran parte del territorio y explica su red hidrográfica.
  • Un relieve de formas muy variadas, producto de la larga historia geológica de nuestro país, que permite distinguir entre montañas antiguas o hercinianas, nuevas o alpinas y las antiguas rejuvenecidas.
  • En las diferencias intervienen también decisivamente la variedad litológica, básicamente terrenos graníticos, calizos y arcillosos, además de los volcánicos del archipiélago canario.
·       La variedad climática
España se localiza en el centro de la zona templada del Hemisferio Norte. Ello hace que -salvo uno- sus climas pertenezcan al grupo de los templados. Para entender los climas que afectan a España hay que considerar cinco hechos:
*Al situarse en la zona templada, España queda afectada por las altas presiones subtropicales (Anticiclón de las Azores) y las bajas presiones subpolares. El choque de masas de aire tropical marítimo y polar marítimo, que envían unas y otras, crea el Frente Polar, que es impulsado hacia la Península por los vientos permanentes del Oeste.
*El carácter peninsular de España, rodeada por tres mares, hace que el efecto suavizador de los mares se deje notar en toda la amplitud de nuestras costas. Sin embargo, al tener la Península grandes distancias de costa a costa y pocos entrantes, el efecto suavizador de los mares no afecta a la zona interior.
*Además, la disposición periférica de algunas de nuestras montañas (Cantábrica, Pirineos,. Costero-Catalana, Béticas...) hace que éstas actúen de murallas que impiden la penetración de la influencia marítima.
*Finalmente, hay que tener en cuenta que España tiene una elevada altura media, lo que hace que en una gran parte del territorio se modifiquen las temperaturas.
Esto, unido a la ubicación muy meridional de Canarias, propicia una gran variedad climática con cuatro dominios: oceánico, mediterráneo, subtropical y de montaña, pero que alberga numerosos tipos y subtipos, entre los que algunos autores señalan climas continentales. Existen además, numerosos ejemplos de climas locales.
Y los contrastes se dejan también notar en cualquiera de los factores del clima: temperaturas (inviernos fríos o muy suaves, veranos frescos o muy calurosos, oscilaciones térmicas moderadas o extremas…), precipitaciones (una España húmeda frente a otra seca e incluso subdesértica), vientos dominantes, insolación…
·       Los contrastes y la variedad hidrográfica
La combinación de factores como el clima y el relieve conceden también a España una gran diversidad hidrográfica. El clima oceánico proporciona a muchos de nuestros ríos un carácter regular. Son ríos bien alimentados y de caudal suficiente. Frente a ellos, el clima mediterráneo, al menos en algunas de sus variedades, propicia la existencia de ríos de régimen muy irregular, con caudales insuficientes y comportamientos extremos en sus avenidas y estiajes. Y aún más, los archipiélagos –sobre todo el Canario- no permiten la existencia de cursos de agua permanentes.
Por su parte, el relieve también determina vivos contrastes hidrográficos. Así, las cordilleras periféricas y cercanas al mar son la base de ríos cortos, de fuerte pendiente, a menudo de carácter torrencial y muy erosivos. Por el contrario, la extensión de la Meseta y su inclinación hacia el Oeste determina las características de los grandes ríos peninsulares, salvo el Ebro.
La configuración del relieve español, finalmente, determina la distribución en cuencas muy distintas unas a otras, el trazado longitudinal y paralelo de los grandes ríos atlánticos o los diversos regímenes de nuestros ríos.
Si a lo anterior unimos la naturaleza litológica de nuestro país y su larga historia geológica, comprenderemos la riqueza en recursos de aguas subterráneas, existencia de lagos y lagunas, zonas húmedas, paisajes de origen fluvial…
·       Los contrastes y la variedad biogeográfica.
España es unos de los países europeos con más variedad y riqueza biogeográfica, aun sin contar con las Canarias. Ello se debe a que nuestro territorio se divide en varias regiones florísticas: boreo-alpina, eurosiberiana, mediterránea y macaronésica, siendo la mediterránea la más extensa y representativa.
Esta riqueza biogeográfica procede, de nuevo, de la diversidad de los factores geográficos: el relieve, el clima, la litología, o la propia situación, ya que la península puede considerarse también aquí como una encrucijada geobotánica.
Aunque es cierto que nuestra vegetación es ecológicamente el resultado, sobre todo, de rasgos térmicos y pluviométricos, no podemos olvidar el papel que juega la variedad edafológica. Fruto de todo ello es –de nuevo- el contraste, en este caso entre las especies higrófilas y caducifolias de la España húmeda y las esclerófilas, xerófilas y perennifolias de la España seca.
·      
 La variedad desde el punto de vista de la geografía humana
  • Paisajes agrarios: Distinguimos entre los de la España atlántica, España mediterránea y España interior, con distinto paisaje agrario en lo que a cultivos y forma de explotación de la tierra se refiere.
  • Sistema de asentamiento: Diferencias entre España interior y periférica o España septentrional o meridional tanto si hablamos de poblamiento rural como urbano.
  • Población y sociedad. Altas densidades demográficas en zonas próximas a la costa y Madrid y débiles en el interior.
  • Concentración en las ciudades. En el Siglo XX ha habido corrientes migratorias intensas desde el Sur y el Interior a País Vasco, Cataluña, Madrid y levante, que han acabado creando desequilibrios en la distribución demográfica y un modelo con dominio de los asentamientos periféricos.
  • Fenómenos migratorios: Migraciones exteriores: Hemos pasado en poco tiempo de ser un país de emigrantes a otro de inmigrantes, con destino sobre todo en la costa Mediterránea y Madrid.
  • Contrastes económicos. En estrecha relación a estas variables demográficas nos encontramos las circunstancias de la base socio-económica subyacente.
 4. España en Europa y el mundo.
Las relaciones de España con Europa y el mundo han cambiado mucho a lo largo de la historia. Desde la prehistoria hasta finales de la Edad Media el territorio español ha sido lugar de paso, conquista o colonización para numerosos pueblos llegados del otro lado de los Pirineos, el Mediterráneo o el continente africano. (fenicios, cartagineses, griegos, romanos, musulmanes…) Esto significó la llegada de de influencias o avances o la integración de España en el contexto de las culturas o civilizaciones entonces dominantes.
Con la era de los descubrimientos se abre una nueva etapa, ya que entonces España se proyecta hacia el exterior, no sólo a través del descubrimiento, conquista y colonización de América, sino también convirtiéndose en una potencia hegemónica en Europa, sobre todo en los reinados de Carlos I y Felipe II.
La decadencia que sobreviene con los Austrias menores se extendió hasta muy avanzado el siglo XX, haciendo de España un país aislado, alejado de los principales flujos económicos, políticos, financieros, científicos, culturales y tecnológicos del mundo.
La transición democrática inició un proceso de apertura al exterior, que ha modernizado el país y lo ha colocado en el grupo de países modernos y desarrollados. Ello queda claro en el plano institucional a nivel mundial con nuestra pertenencia a los principales organismos políticos (ONU, UNESCO…), militares y de seguridad (OTAN, OSCE…), económicos (OCDE, FMI, Banco Mundial…), sociales (OIT, OMS…)…
Enorme importancia tuvo nuestro ingreso en la CEE en 1986. Las ayudas económicas procedentes de Europa, canalizadas a través de los fondos comunitarios (Fondos estructurales, fondos de cohesión…) o de las políticas de la Unión Europea, entre las que destaca la Política Agrícola Común (PAC), han ayudado a modernizar el país, mejorando sus infraestructuras básicas, su capacidad productiva y su nivel de servicios.
En la actualidad España pertenece claramente al grupo de los países democráticos, económicamente desarrollados y socialmente avanzados y está perfectamente integrada en el proceso de globalización. Estas afirmaciones quedan demostradas en hechos como los siguientes:
  • Aunque por debajo de la media europea, el PIB español está a la altura del de los países desarrollados y, antes de la crisis económica actual, su tasa de crecimiento anual estuvo en torno al 4%. Por eso, aunque España no es integrante del G-20 (grupo que reúne a las 20 principales economías  del mundo), de hecho ha participado en todas las cumbres extraordinarias del grupo y en alguna  reunión de carácter ordinario, por lo que se le considera ya como un invitado permanente.
  • Nuestras infraestructuras, servicios y equipamientos son también propios de países económica y socialmente avanzados. En Infraestructuras de transporte aéreo, alta velocidad ferroviaria, autopistas y  puentes, las empresas españolas se sitúan a la vanguardia mundial.
  • España presenta un régimen demográfico propio de países desarrollados: bajas tasas de natalidad y mortalidad, envejecimiento de la población, elevada esperanza de vida…
  • También el balance de sus sectores económicos es propio de países desarrollados, con un claro predominio del terciario, un sector secundario de cierto peso y un primario que ha ido perdiendo peso en la configuración del PIB.
  • Aunque, a menudo, nuestra balanza comercial es deficitaria, las exportaciones han ido ganando peso en la economía española y, en la actualidad, constituyen uno de los pocos indicadores positivos en el contexto de crisis económica.
  • También los flujos de capitales van en aumento. De una fase de claro predominio de las inversiones extranjeras en España se ha pasado a otra de fuerte incremento de la inversión española en otros países, lo que muestra el alto nivel de algunas empresas multinacionales españolas (energéticas, financieras, comunicaciones, construcción…)
  • Aunque aun lejos de lo ideal y con fuertes recortes derivados de la situación de crisis económica, la evolución de la inversión en I+D ha sido positiva en los últimos años y España está entre los 25 países con mayor índice de adelanto tecnológico.
  • Algunos de nuestros subsectores económicos son punteros en el mundo. Es el caso de la actividad turística, sector en el que España es una auténtica potencias, situándose entre los primeros países receptores de turistas. En ello tienen mucho que ver la diversidad y riqueza geográfica, histórica y cultural de España (costas, climas, paisajes, monumentos, conjuntos urbanos…)
  • Geopolíticamente, y aprovechando tanto sus condiciones geográficas (posición) como históricas, España juega un importante papel como mediador entre Europa y otros espacios geopolíticos como el Magreb, los países árabes o América Latina.

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