TEMA
2: EL RELIEVE ESPAÑOL
1.
CARACTERÍSTICAS GENERALES DEL RELIEVE ESPAÑOL
El relieve de la península ibérica
presenta las siguientes características básicas:
a) Elevada altitud
media.
España tiene una altura media de 660 m sobre el nivel del mar, altitud sólo
superada en Europa por Suiza. Esta altitud no es el resultado de la existencia
de elevadas cordilleras, sino a la presencia de un gran bloque central elevado,
la Meseta, que presenta una altitud entre los 600 y los 800 metros, y a la
abundancia de montañas de media altura. Ambas hacen que casi el 90% del
territorio español se halle a más de 200m sobre el nivel del mar.
b)
La disposición general del relieve, organizado en torno a un gran bloque central elevado: la Meseta Central,
alrededor de la cual se disponen las restantes unidades de relieve: las
unidades periféricas a la propia Meseta, las depresiones externas y las
cordilleras exteriores. De hecho, la mayor parte de las unidades del relieve
español reflejan en su evolución geológica las condiciones de adaptación al
antiguo zócalo de la Meseta. (*Observar
y estudiar el mapa que acompaña)
c) La disposición
periférica de los relieves peninsulares, entendida en un doble sentido, tanto en
relación con la Meseta, como en relación con el contorno de la Península, en cuya
periferia se encuentran las principales cordilleras españolas (Cantábrica,
Pirineos, Costero-Catalana, Béticas), lo que determina el aislamiento de la
Meseta. Esta disposición frena la influencia del mar y provoca fuertes
contrastes entre el litoral y el interior peninsular.
d) La orientación
dominante oeste-este de las unidades de relieve, coincidente con los paralelos geográficos, y que tiene claras
consecuencias geográficas, por ejemplo en el diseño de la red hidrográfica o la
desigual distribución de las precipitaciones en el interior peninsular.
e) Forma compacta y
maciza de la península Ibérica, que es consecuencia de los rasgos antes
expuestos, pues la ubicación periférica de los relieves y la orientación de los
mismos contribuyen a definir un vasto cuadrilátero de costas rectilíneas con escasos entrantes y
salientes –salvo en Galicia- y que guardan gran distancia entre ellas, dándole así
un marcado carácter continental al interior de la Península
f) Un relieve de formas muy variadas,
producto de la larga historia geológica de nuestro país, que permite distinguir
entre montañas antiguas o hercinianas, nuevas o alpinas y las antiguas rejuvenecidas.
En las diferencias interviene también decisivamente la diferencia de los
terrenos, básicamente graníticos, calizos, arcillosos y volcánicos
g) La existencia de dos archipiélagos, el
mediterráneo de Baleares, cuyo relieve está ligado al de la península Ibérica
–fundamentalmente a las cordilleras béticas-, y el atlántico de Canarias, con
un relieve geológicamente reciente y
de origen volcánico.
Estas características hacen que España
sea como un continente en miniatura, muy rico en contrastes.
2. VARIEDAD
LITOLÓGICA:
Si consideramos España desde el
punto de vista de los materiales que la constituyen, es decir, de las rocas que
conforman el sustrato, distinguimos cuatro áreas con diferente litología, que
toman su nombre de las rocas dominantes:
1-
La España Silícea. Constituida por rocas compuestas por
minerales entre los que predominan el cuarzo y la sílice (de ahí su nombre). Está
formada por los materiales más antiguos de la Península: materiales
paleozoico-hercinianos y algunos precámbricos, por lo que son rocas duras, rígidas y resistentes a la erosión. La
roca predominante es el granito, aunque también encontramos pizarras,
cuarcitas, gneis…, de cuya descomposición resultan suelos arenosos de escaso
contenido en materia orgánica y poca fertilidad.
Los
paisajes típicos son mesetas o
penillanuras accidentadas por fallas, pero siempre muy erosionadas; relieves apalachenses como resultado de
la erosión diferencial, en la cual la actuación de la erosión sobre rocas de muy
distinta dureza, profundizando en las más blandas y respetando las más
resistentes, crea un relieve abrupto y difícil; paisajes resultantes de la
erosión del granito, con presencia de domos, bolos, berrocales o pedrizas,
canchales, piedras caballeras…
La España silícea se localiza mayoritariamente en el
tercio Oeste peninsular, allí donde
aflora en superficie el
zócalo de la Meseta, y se adentra hacia el Este en el sector occidental de la
C. Cantábrica, Sistema Central, Montes de Toledo y Sierra Morena. También se
localiza en otras áreas donde quedan restos de macizos antiguos: Pirineo axial
y sectores aislados del Sistema Ibérico, las cordilleras costero-Catalanas y la
cordillera Penibética (altas cumbres de Sierra nevada).
2- La España caliza está formada por
sedimentos depositadas en el fondo de los mares durante la era mesozoica y
principios del terciario y plegados en la orogenia alpina. Las rocas
predominantes son las calizas: rocas
sedimentarias de dureza media-baja y permeables, compuestas mayoritariamente
por carbonato cálcico que se disuelve con mucha facilidad en aguas que
contienen CO2 disuelto, siendo por tanto rocas muy erosionables por disolución,
tanto en superficie como subterráneamente.
Los terrenos calizos forman en la Península
una Z invertida que se extiende por Pirineos (Prepirineos) y Montes
Vascos hasta la zona central de la Cordillera Cantábrica, dirigiéndose hacia el
S.E. por el Sistema Ibérico y parte de la Cordillera Costero Catalana y
flexionándose después hacia el S.W. por las Cordilleras Béticas. También es el
material dominante en las islas Baleares.
Estructuralmente
se corresponde con cordilleras jóvenes, formadas durante la orogenia
alpina. Son, por tanto, relieves caracterizados por las grandes alturas y
las acusadas pendientes y desniveles.
Los
paisajes típicos derivan de las características de la roca caliza, sobre todo
su solubilidad en agua, lo que origina un típico paisaje kárstico (dolinas o
torcas, uvalas, poljés, lapiaces, simas, gargantas…)
3- La España arcillosa constituida
por materiales sedimentarios muy poco
resistentes a la erosión como arcillas, margas, yesos, etc. que se depositaron
a finales de la Era Terciaria y durante la Era Cuaternaria. El área arcillosa
se extiende por las cuencas sedimentarias interiores de la Meseta (Duero, Tajo y Guadiana) y
por las depresiones exteriores (Ebro y Guadalquivir). También se
encuentra en las hoyas interiores de
las Cordilleras Béticas, y las llanuras costeras mediterráneas.
El
relieve arcilloso es básicamente plano, en estratos horizontales o inclinados,
pero siempre sin plegar, formando llanuras y páramos. Son terrenos que se erosionan rápidamente por la blandura
de sus materiales. A veces la topografía
se caracteriza por un paisaje de suaves ondulaciones. Es el paisaje de
campiña, terrenos muy buenos para la agricultura, que tiene su modelo más
representativo en las provincias de Córdoba y Sevilla.
Entre
las formas más comunes de modelado sobre terrenos arcillosos encontramos las cárcavas, los páramos, el relieve en
cuesta y las campiñas o vegas
4- La España Volcánica se corresponde con las islas Canarias. En la
península sólo aparece en puntos aislados de vulcanismo antiguo coo el Campo de
Calatrava, Olot y Cabo de Gata.
Son materiales procedentes de las erupciones
volcánicas, tanto sólidos (piroclastos) o viscosos (coladas de lava). Produce formas de relieve características
como conos volcánicos, calderas de hundimiento (depresiones de forma
circular),calderas de explosión,
calderas de erosión, roques (especies de agujas de lava formadas por la
chimenea de un volcán cuyo cono ha sido erosionado), diques, barrancos volcánicos y barrancos volcánicos.
3. LAS UNIDADES MORFOESTRUCTURALES DE LA
PENÍNSULA IBÉRICA
4. EL PROCESO DE FORMACIÓN.
El relieve de la Península es el
resultado de una larga evolución geológica en la que se han alternado
fases orogénicas con otras de calma en las que predomina
la erosión y la sedimentación. Las fases de actividad orogénica se explican por
la tectónica de placas y se
desarrollan durante millones de años, dando como resultado la aparición de
cordilleras. Durante las fases de calma
los relieves aparecidos son sometidos a la intensa
acción de la erosión. Los relieves que hoy apreciamos son, pues, efecto de
la interacción de estas dos fuerzas
La historia
geológica del relieve peninsular viene condicionada por su posición entre
dos placas tectónicas, la placa eurosiberiana (Laurasia) y la placa africana
(Gondwana), que estaban separadas por el amplio Mar de Thetis, un gran geosinclinal cuyos sedimentos fueron afectados
por las orogenias Herciniana y Alpina.
El proceso de formación del relieve
podemos dividirlo en las siguientes fases:
a)
Era Precámbrica (4000-600 millones de
años) los mares ocupaban casi todo el espacio de la actual península. Sólo
emergieron algunos relieves en Galicia y el oeste de la actual meseta, pero
fueron totalmente arrasados por la erosión y cubiertos por las aguas a fines de
esta era.
b)
Era Primaria o
Paleozoico (600-230
millones de años). El continente único, llamado Pangea, se divide en dos
grandes placas; Laurasia y Gondwana, separadas por el Mar de Thetis. La
Península sigue sumergida actuando de geosinclinal que se va rellenando con los
sedimentos arrancados por la erosión en estos viejos continentes. Estos
sedimentos son comprimidos por la orogenia herciniana (periodo
carbonífero) que levanta una gran cordillera de dirección NW-SE que en la
Península forma el Macizo Hespérico y otras piezas menores como el Macizo de
Aquitania, el del Ebro y Catalano-Balear y el Bético-Rifeño.
Al final del período todos habían sido arrasados por
la erosión. El Macizo Hespérico se había convertido en un zócalo inclinado hacia
el E que ocupaba parte del centro y W peninsular. Este será la base de la
Meseta.
c)
Era secundaria o Mesozoica (230 a 65 millones de años) Fue un periodo de calma
orogénica, donde predominó la erosión y la sedimentación de los materiales
arrancados a los terrenos paleozoicos. También se producen movimientos epirogénicos (ascenso y descenso de la corteza), por lo
que se producen movimientos de ascenso y descenso, así como etapas de
transgresiones y regresiones marinas (avances y retrocesos del nivel del mar).
La
sedimentación se produjo en dos zonas ocupadas por el mar: 1 ) En el borde
oriental de la Meseta, inclinada entonces hacia el este, donde las
transgresiones marinas dejaron capas de sedimentos y 2) En las fosas marinas
situadas entre los macizos hercinianos (fosas Pirenaica y Bética), donde se
acumularon potentes espesores de sedimentos.
d)
Era
terciaria o Cenozoica (65
a 2 millones de años):
Es
un periodo clave para el diseño del relieve peninsular. Es un periodo de gran
actividad tectónica, por tanto de construcción de relieve, donde el choque de
las placas euroasiática y africana va a tener dos consecuencias: Por un lado la
microplaca ibérica queda definitivamente unida a Europa. Por otro, se produce
la orogenia alpina, que afectó tanto
a las tierras emergidas en el Paleozoico (antiguo Macizo Herciniano) como a los
sedimentos del Mesozoico, aunque de manera muy distinta: los viejos materiales
paleozoicos, duros y rígidos, se rompieron y desnivelaron, mientras que los
sedimentos mesozoicos, más flexibles y elásticos, se plegaron y emergieron,
dando lugar a grandes cordilleras. En concreto, sus efectos fueron los siguientes:
·
El
interior del antiguo Macizo Hespérico, con sus materiales rígidos e incapaces
de plegarse, ante las fuerzas orogénicas se rompe y fractura en bloques, hundiéndose
unos (Horst) y levantándose otros (Graben). Los bloques levantados formaron las
cordilleras interiores (Sistema Central y Montes de Toledo). Los bloques
hundidos crearon las depresiones interiores o cuencas sedimentarias de la
Meseta (cuencas del Duero, Tajo y Guadiana). Además, el conjunto de la Meseta
quedará definitivamente basculado hacia el oeste.
·
Los
bordes del Macizo Hespérico se deforman y levantan, cercando de cordilleras el
bloque de la Meseta. Aparecieron así una serie de cordilleras que aíslan el
interior peninsular, aunque presentan una doble naturaleza:
1. Las que resultaron
de la deformación y/o fractura del rígido y antiguo zócalo herciniano:
Ø Macizo Galaico-leonés, una cordillera de bloques escalonados de E a W hasta
hundirse en el mar.
Ø Parte occidental de la cordillera Cantábrica, que es una
cordillera en bloques.
Ø Sierra Morena, al fruncirse y elevarse el reborde sur
del antiguo zócalo herciniano.
2. Allí donde se habían
depositado sobre el zócalo sedimentos mesozoicos –lo que ocurre en el borde
oriental (recuerda que el bloque estaba inclinado al este y hubo transgresiones
marinas)- el zócalo se fracturó, pero los sedimentos plásticos mesozoicos se plegaron, apareciendo así
cordilleras de cobertera:
Ø La parte oriental de la cordillera Cantábrica.
Ø El Sistema Ibérico.
·
Se
levantaron las cordilleras alpinas al plegarse los materiales sedimentarios
acumulados en las fosas marinas durante el Secundario: los Pirineos (cuya parte central está formada por bloques del viejo Macizo
de Aquitania, elevado por las presiones orogénicas), los Montes Vascos (prolongación del sistema Cantábrico), las Cordilleras Béticas (parte de las
cuales también son restos del viejo macizo bético-rifeño, rejuvenecido por las
presiones alpinas) y las cordilleras
costero-catalanas, cuya parte sur es material mesozoico plegado, mientras
que la parte norte son restos del viejo macizo paleozoico del Ebro y
Catalano-Balear.
Como
prolongación de las Béticas surgieron las islas Baleares, aunque Menorca se
relaciona geológicamente con el viejo Macizo Catalano-Balear.
·
Entre
las nuevas cordilleras y los bordes del viejo macizo Hespérico, se formaron las
depresiones exteriores o cuencas
sedimentarias del Ebro y del Guadalquivir. Al principio eran fosas marinas pero
fueron colmatándose de sedimentos durante el cuaternario.
·
En
algunos enclaves aislados de la Península surgieron focos de actividad
volcánica, como en el Campo de Calatrava (Ciudad Real), Olot (Gerona) o el Cabo
de Gata (Almería).
·
Además,
la orogenia alpina rasgó el fondo del
Atlántico y con la salida de materiales volcánicos a través de las fracturas
comenzó la formación de las islas Canarias.
e)
Era Cuaternaria (2 millones de años - a la actualidad). Nuevo periodo erosivo en el que la
sedimentación irá colmatando las depresiones formadas en la era anterior.
Además, la alternancia de fases glaciales,
de intenso frío, e interglaciales,
provocó la aparición del glaciarismo y la formación de terrazas
fluviales.
El glaciarismo afectó a las cordilleras más altas dando lugar a glaciares de
circo y de valle, y cuando se fundieron los hielos dieron lugar a pequeños
lagos.
En
esta fase se establece la actual red hidrográfica, que excava valles y
terrazas. Además se producen movimientos isostáticos (ascenso y descenso del
nivel del mar) que modifican la línea de costa.
5. LAS COSTAS
La
costa es el espacio límite entre la tierra y el mar constantemente transformado
por las corrientes marinas, oleaje, erosión y fluctuaciones del nivel del mar. Tienen
una estrecha relación con el relieve interior, pues son el lugar de contacto
entre este y el mar. Las costas españolas son extensas (más de 3.900 Km), variadas
y predominantemente rectilíneas,
excepto las gallegas, de ahí el
carácter macizo de la Península y la escasa penetración de la influencia marina
en el interior.
A- Costas Atlánticas: En ellas podemos distinguir tres
tramos:
-Costa
cantábrica. Es una costa rectilínea coincidiendo con el trazado de la
cordillera cantábrica y la falla submarina que corre paralela a ella por el
norte, con acantilados y pocas playas, pues la cordillera va paralela al mar. Los
principales accidentes geográficos son cabos
(Machichaco, Ajo, Peñas), pequeñas
rías (Nervión, Avilés), acantilados y rasas
(terrazas elevadas, de escasa anchura, que muestran distintos niveles de
erosión por abrasión marina).
-Costa
gallega. Recortada por la existencia de rías. Se denominan Rías
Altas y Rías Bajas, separadas por el cabo Finisterre. Se formaron a partir de
la invasión por el mar de los valles fluviales abiertos en las numerosas
fracturas del Macizo Galaico que, suavemente se hunde en el mar. Ej. Rías de
Ortigueira, Vigo y Arosa, Pontevedra.
-
Costa Atlántica andaluza: Se corresponde con la salida al océano de la Depresión Bética, desde la
desembocadura del Guadiana a Trafalgar.
Es una costa baja y arenosa de extensas
playas. En esta zona se encuentran las marismas,
área pantanosa todavía en proceso de colmatación, las flechas litorales y los cordones
de dunas, tanto vivas como fósiles. Los ríos, en su
desembocadura, tienden a formas estuarios.
B-
Costas mediterráneas: Desde la punta de
Tarifa a Francia, distinguiéndose los siguientes sectores:
-Sector bético: se
extiende desde Gibraltar al cabo de La Nao. El sector andaluz, muy rectilíneo,
coincide con la alineación de la Penibética. Por eso presenta acantilados allí donde la cordillera Penibética se acerca a la costa
y tramos de costa baja que forman una estrecha
llanura litoral. También hay albuferas,
como la del Mar Menor.
-Litoral
valenciano: desde El Cabo de La Nao (proa de las cordilleras béticas en
su avance hacia Baleares) al delta del Ebro. Playas amplias y arenosas.
Destaca la Albufera de Valencia y En
la costa abundan los tómbolos,
islotes rocosos unidos al continente por istmos arenosos.
-Litoral
catalán. Acoge el delta del
Ebro (Tarragona), gran llanura aluvial, de forma triangular, donde abundan las lagunas y albuferas. Se formó después del último período
glacial. También incluye el delta del LLobregat. Más hacia el norte presenta
costas acantiladas donde la cordillera costero-catalana llega hasta el mar (costa Brava) y pequeñas playas o
calas rodeadas de promontorios rocosos.
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