sábado, 18 de febrero de 2017

TEMA 13

TEMA 13. LOS DOMINIOS Y PAISAJES AGRARIOS
1.     Los condicionantes del paisaje agrario.
El paisaje agrario  es el resultado de la intervención del hombre sobre el espacio natural, ordenándolo para producir materias primas renovables mediante actividades agrícolas, ganaderas y forestales.  La diversidad de los factores del medio físico o los diferentes usos del suelo originan dominios y paisajes agrarios específicos.
Además de los condicionantes de tipo físico -relieve clima, suelo, agua…–  los condicionantes humanos son esenciales para la configuración del paisaje agrario. Entre los humanos cabe destacar los siguientes:
·Demográficos. El aumento de población obliga a obtener más alimentos. Para ello se pueden adoptar tres estrategias: 1º. Ampliar la superficie cultivada roturando nuevas tierras; 2º Intensificar la explotación de la tierra cultivada y, 3º, mejorar las condiciones técnicas de las explotaciones para aumentar la producción. Por eso, en función de la presión demográfica cambian los sistemas de cultivo y las estructuras agrarias y, por tanto, los paisajes agrarios.
·Técnicos. Los avances técnicos, con la introducción de maquinaria, fertilizantes, plaguicidas, han modificado los paisajes agrarios, transformado aquellos propios de la agricultura tradicional (policultivos, barbechos, rotaciones…) en otros ligados a la agricultura moderna (monocultivos, regadíos…).
·Económicos y sociales. Tienen que ver con la estructura de la propiedad y las explotaciones. Así, por ejemplo, en el Sur hay un predominio de grandes propiedades, en el norte domina la pequeña propiedad.
·Históricos. El paisaje agrario se ha ido conformando a lo largo de la historia, determinado por factores culturales y técnicos. Estos influyen sobre el modo de cultivar la tierra, la estructura de la propiedad, su organización o sus dimensiones y en la utilización de técnicas tradicionales o modernas, determinando todo ello el paisaje agrario
·Políticos. El marco legal en el que se desarrolla la actividad agraria o decisiones políticas (desamortizaciones) pueden determinar el paisaje agrario. Pensemos que propiedades y parcelaciones pueden ser modificadas a través de las reformas agrarias técnicas (concentración parcelaria) o políticas (colonización o expropiación y reparto de tierras).
Actualmente los factores políticos dependen de las pautas establecidas por la U.E. y la Política Agraria Comunitaria (PAC) para nuestra agricultura.
2.     Dominios y paisajes de la España atlántica.
Comprende el N y NW peninsular. Medio físico: Relieve montañoso -con pocas llanuras- y clima atlántico: temperaturas suaves y abundantes precipitaciones. Todo ello favorece el desarrollo de los bosques y los prados, que son el soporte de paisajes agrarios basados en la especialización ganadera y forestal, jugando la agricultura un papel secundario.
Usos del suelo primordialmente ganaderos, a base de ganado vacuno orientado a la producción de leche o carne. En Galicia son explotaciones familiares poco rentables. En n el resto de la vertiente cantábrica se han modernizado más, sobre todo desde la entrada en la U.E.
Los cultivos más importantes son maíz, patata, hortalizas, frutales, vid y plantas forrajeras para el ganado, explotados en régimen de policultivo tradicional.
La explotación forestal es importante y se destina fundamentalmente a la madera y pasta de papel.
Estructura del paisaje agrario: Estructura caracterizada por el dominio de pequeñas propiedades, explotadas en régimen directo, muy parceladas y cercadas por setos (bocage), que dificultan la mecanización y la rentabilidad.
Presenta un espacio rural caracterizado por una población muy envejecida -debido a la inmigración- y un poblamiento disperso o intercalar a partir de caseríos, aldeas, parroquias...
3.     Dominios y paisajes de la España mediterránea (interior y litoral).
3.1. España mediterránea interior:
Gran diversidad con el denominador común de la influencia del clima mediterráneo con rasgos continentales. Comprende ambas submesetas y depresión del Ebro, con un relieve dominante de llanuras elevadas (penillanuras)-
Espacio rural caracterizado por una población escasa y envejecida, debido a la emigración. Poblamiento concentrado, a base de pueblos pequeños y cercanos en la submeseta norte y valle del Ebro, y más grandes y más distanciados en la submeseta sur.
El sistema de propiedad es variado: minifundio en el valle del Duero y en los regadíos del Ebro. El latifundio en Salamanca, Burgos, Castilla La Mancha  y en los secanos de Aragón y Extremadura.
En cuanto a los usos del suelo, la agricultura ocupa casi la mitad de la superficie y presenta varias áreas:
La cuenca del Duero. Dominio de pequeña y mediana propiedad y explotaciones muy parceladas. El suelo se ocupa con explotaciones de cerealmuy mecanizadas, el cultivo en regadío de remolacha y cultivos forrajeros y la ganadería bovina extensiva, reducida a las zonas menos aptas para la agricultura.
El área castellano manchega. Dominio de la gran propiedad y hábitat concentrado. Destacan tres grupos de aprovechamientos: el cultivo de cereales, el viñedo –casi la mitad del total nacional- y la ganadería ovina.
El oeste peninsular. Corresponde al dominio de las penillanuras silíceas de poca aptitud agrícola, por eso dominan las explotaciones de dehesa: un aprovechamiento mixto agro-ganadero y forestal en base a la explotación de la encina en un marco de grandes propiedades y con un gran valor ecológico.
La pobreza de los suelos impone el predominio ganadero: Vacuno en Castilla-León y ovino en Extremadura.
 El valle del Ebro. Presenta una gran diversidad. En la cuenca alta alternan los aprovechamientos agrícolas, ganaderos y forestales. Respecto a los primeros destacan –en regadío- los cultivos hortícolas destinados al consumo directo y a la industria agroalimentaria, además de las áreas de vid, entre las que destacan La Rioja.
En el resto de la cuenca aparecen cultivos de regadío de gran productividad, en las vegas y el cultivo de cebada en régimen extensivo de secano sobre suelos mediocres.
En los somontanos y áreas de la Ibérica y Pirineos domina la ganadería. Tradicionalmente fue zona de trashumancia ovina. Hoy se ha impuesto la bovina orientada a la producción de carne
3.2. La España mediterránea litoral:
Ocupa Baleares y la franja litoral mediterránea (hasta los relieves interiores), adentrándose hacia el interior por las depresiones del Ebro, Guadalquivir y Guadiana. Físicamente es un espacio de tierras llanas, con un clima de inviernos suaves, veranos calurosos y reducidas precipitaciones con fuerte sequía estival.
     Destaca el desarrollo de una agricultura intensiva de alta productividad.
El paisaje rural se caracteriza por una población numerosa, tradicionalmente dispersa en la zona de Levante, mientras que en el valle del Guadalquivir aparecen grandes pueblos o agrociudades.
Domina la pequeña propiedad en las zonas regadas, mientras que en el secano pueden ser propiedades  pequeñas o medianas en Valencia, Murcia, Cataluña y Andalucía oriental, y grandes en la occidental.
En  este dominio podemos distinguir tres zonas:
Cataluña. Acoge una agricultura intensiva y especializada orientada, basada en los cultivos hortofrutícolas y la vid, y una ganadería estabulada e industrial (porcino, vacuno). En el delta del Ebro destaca el cultivo del arroz
El Levante acoge un regadío intensivo –derivado de la huerta tradicional- de elevados rendimientos, donde junto a los productos hortícolas destacan los cítricos y los frutales.
La Andalucía litoral alberga buenos ejemplos de agricultura intensiva: cultivos de enarenados bajo plástico en Almería, subtropicales (Granada y Málaga) o fresa en Huelva. Por su parte, las campiñas béticas comparten, en un marco de gran propiedad, hábitat muy concentrado y suelos –a veces- de gran calidad, el uso cerealista con el girasol y otras plantas industriales, sin faltar el olivar que, no obstante, tiene en las subbéticas su espacio de natural desarrollo.
La ganadería dominante es la bovina y porcina, aunque la caprina adquiere importancia en el sur.
4.     Otros paisajes agrarios.
4.1. Desde el punto de vista climático
·        Canarias: Corresponde a un medio físico muy distinto al de la Península Ibérica, volcánico y de clima subtropical.
Su paisaje rural presenta una población en retroceso por la fuerte competencia del turismo. La propiedad muestra importantes diferencias entre las pequeñas propiedades en la zona media y alta, y las grandes en la costa.
La agricultura es el uso dominante. Destaca en el litoral el plátano, cultivo de huerta, flores y las plantaciones tropicales. En las zonas medias y altas hay una agricultura tradicional de secano, como la vid y la patata. Esta agricultura convive con una importante cabaña caprina.
Montaña: Medio físico extremo: fuertes pendientes, inviernos fríos y elevadas precipitaciones, frecuentemente  en forma de nieve. El hábitat rural se caracteriza por muy bajas densidades de una población dispersa en el fondo de los valles. Predomina la pequeña propiedad.
Los usos del suelo son diversos: la agricultura, poco importante, se refugia en los valles y las laderas bajas, con cultivos arbóreos o herbáceos en bancales. La ganadería es mucho más importante. Se explota en forma extensiva, dominando la ganadería ovina y bovina. La explotación forestal adquiere un gran protagonismo.
4.2. Desde el punto de vista productivo
Los paisajes agrarios comparten su espacio con otras actividades no agrarias como (turismo, segundas residencias) convirtiéndose estas zonas en rururbanas. Muchos de estos paisajes tienen un gran dinamismo, distinguiéndose entre:
·Zonas de agricultura muy intensiva y productiva, caso de la agricultura de invernaderos
·Secanos especializados en algunos cultivos.
·Paisajes agrarios en crisis  que se han ido despoblando, se encuentran abandonados o se han ido deteriorando. Sin embargo, sus valores en cuanto a biodiversidad o patrimonio cultural son grandes y necesitan mantenerse. Entre estos paisajes podemos señalar:
§  Zonas periurbanas con escasas actividades agrícolas, sustituidas por otras actividades..
§  Huertas cercanas a pueblos que conforman un paisaje tradicional con elementos dignos de proteger.
§  Los paisajes agrarios de montaña también se encuentran en crisis, la mayoría de las veces porque los productos obtenidos en ellos no tienen mucha viabilidad económica.
§  El litoral, en otro tiempo destinado a cultivos tradicionales, se ha devastado con las construcciones turísticas, aunque a veces se ha reconvertido en paisajes agrícolas intensivos de alta productividad.
§  El paisaje de olivar de montaña, propiamente andaluz. En torno a él se ha creado una cultura importante. Sin embargo en algunas zonas, por abandono, se ha ido adehesando, aprovechándose más para la ganadería que para la aceituna
§  La dehesa. Las causas de su degradación se deben al envejecimiento del arbolado, invasión del matorral, erosión del suelo, falta de modernización tecnológica, etc. Sin embargo, supera la categoría de simple paisaje para cobrar la dimensión de patrimonio cultural, por eso, en algunos casos como Andalucía (Sierra Morena, sierras gaditana) se intenta proteger a través del Plan Director de la Dehesa.

Definiciones temas 13 y 14

DEFINICIONES DEL TEMA 13
1.      Agricultura de regadío: consiste en el suministro de importantes cantidades de agua a los cultivos a través de diversos métodos artificiales de riego. Este tipo de agricultura requiere grandes inversiones económicas y una cuidada infraestructura hídrica: canales, acequias, aspersores, albercas,…, que exige, a su vez, un desarrollo técnico avanzado. Entre los cultivos típicamente de regadío destacan los frutales y verduras, el arroz, el algodón, las hortalizas y la remolacha. En Andalucía la agricultura de regadío se concentra en el valle del Guadalquivir, en la vega de Granada y en el litoral. (Ver Regadío)
2.      Agricultura de secano: el suministro de agua es el que proporcionan las precipitaciones, ya sea en forma de nieve o de lluvia. Entre los cultivos de secano destacan las legumbres, el girasol, la soja, el cacahuete, los cereales, la trilogía mediterránea, que es vid, olivo y trigo. En Andalucía las extensiones de secano suponen el 70% de las tierras cultivadas. Destacan entre ellas las dedicadas a  dicha trilogía: trigo en Sevilla, olivar en Jaén y en Córdoba y viñedo en Málaga.
3.      Barbecho: Sistema destinado a recuperar, de manera natural, la fertilidad que la tierra pierde con el cultivo continuado. Para ello puede dejarse la tierra  en reposo, es decir, sin cultivar, durante un periodo de tiempo variable (barbecho blanco) o cultivar algún producto que le proporcione nutrientes, caso de las leguminosas (barbecho semillado).
4.      Ganadería extensiva: tipo de ganadería en la que se utiliza una gran cantidad de terreno, poca mano de obra y se obtienen pocos rendimientos por unidad de superficie (la ganadería ovina, cría de cerdo ibérico…). Se suelen priorizar los pastos naturales y el deambular de los animales.
5.      Monocultivo: Con mayor frecuencia se emplea el término monocultivo para referirnos a zonas agrarias con un solo tipo de cultivo, ej. el Olivo en amplias superficies de Andalucía. Este término económico también se puede referir a cualquiera de los tres sectores económicos. El monocultivo se da cuando la explotación se especializa en un producto. Es propio de una economía capitalista y moderna, basada en el comercio y la interdependencia económica. Como ventaja presenta la especialización y la rentabilidad, como desventaja hay que señalar la vulnerabilidad a las crisis de cualquier tipo, por ello el monocultivo excesivo no es recomendable en las economías modernas, tendiendo a una cierta diversificación de la oferta.
6.      Paisaje agrario: Resultado de la transformación por el hombre del medio natural con el objetivo de obtener de él materias primas renovables mediante la práctica de actividades agrarias (agricultura y ganadería) y forestales.
7.      Regadío: terreno dedicado a cultivos que en el que las plantas reciben cantidades suplementarias de agua aparte de la que cae naturalmente con la lluvia. Las técnicas de riego más utilizadas son el riego por goteo (canalizando el agua con pequeños tubos hasta el pie de cada planta y dejar caer una gota cada cierto tiempo, hasta completar las necesidades de cada planta), el riego por aspersión (simulando la lluvia por métodos mecánicos) y el riego por inundación (encharcando con agua una parcela). Ver Agricultura de regadío)
8.      Rotación de cultivos: consiste en alternar cultivos diferentes en una misma parcela, seleccionados de tal forma que su acción bioquímica en el suelo sea complementaria. Se emplean, en general, dos tipos de rotación: la bienal, que consiste en la intercalación del barbecho entre dos años de cosecha; y el trienal, que consiste en sembrar trigo el primer año, otro cereal o leguminosa el segundo año (barbecho semillado) y dejar la tierra en barbecho blanco el tercer año. Actualmente el uso de fertilizantes y ha supuesto su retroceso o desaparición.
9.      Trashumancia: práctica ganadera consistente en el desplazamiento de los pastores con sus rebaños de una región a otra, buscando pastos frescos, en función de las estaciones. El desplazamiento se realizaba a través de vías pecuarias establecidas, llamadas cañadas, veredas y cordeles.
 
 
DEFINICIONES DEL TEMA 14
1.      Acuicultura: Especie de “ganadería” intensiva marina de especies de alto valor. También puede definirse como el “cultivo de peces, moluscos y crustáceos en piscifactorías o bateas flotantes. El caso más conocido es el de los mariscos o el uso de viejas salinas donde se cría pescado.
2.      Aguas jurisdiccionales: En derecho marítimo es la banda de aguas marinas sobre las que -a partir de la línea de costa- un estado ejerce competencias exclusivas de carácter económico. Ello no implica soberanía absoluta, sino sólo soberanía para fines de exploración y explotación, conservación y administración de los recursos naturales de sus aguas y de los existentes en el subsuelo. Salvo limitaciones legales alcanza las 200 millas náuticas. La soberanía no es absoluta pues debe respetar los derechos internacionales reconocidos: libertad de navegación, de sobrevuelo, etc.
3.      Caladero: Zonas marinas con condiciones favorables para la abundancia de pescado y, por tanto, donde se concentra la actividad pesquera. Suelen coincidir con áreas sobre las plataformas continentales recorridas por corrientes marinas frías, con las denominadas zonas de ascendencia donde se produce el ascenso de masas de agua fría desde el fondo marino o también  con lugares donde confluyen corrientes cálìdas y frías. En todos los casos debido a la mayor abundancia de plancton. Ejemplos: Terranova, Gran Sol…
4.      Paros biológicos: Especie de períodos de veda, es decir, períodos en los que está prohibida la pesca de algunas especies para protegerlas.
5.      Pesca de altura: La practicada por grandes y modernos buques en largos períodos en zonas de aguas profundas alejadas de las costas.
6.      Pesca de bajura: La llevada a cabo por pequeñas embarcaciones en aguas poco profundas muy cercanas a la costa, sobre todo con el sistema de pesca de arrastre. Técnicamente es una pesca artesanal, realizada por pequeños barcos con métodos tradicionales. Las capturas son poco importantes y se venden a diario en el mercado.
7.      Pesca industrial. Actividad pesquera muy tecnificada. Se lleva a cabo en lugares muy alejados de los puertos de origen por barcos conserveros o barcos factoría, que actúan como auténticas fábricas flotantes: pescan, limpian, preparan y congelan el pescado.

martes, 14 de febrero de 2017

PRÁCTICA DEL TEMA 12

PRÁCTICA Nº 1
En el mapa se representa la distribución de la propiedad agraria por provincias. Conteste a las siguientes preguntas:
a) ¿En qué provincias la gran propiedad supone más del 50% del total de la propiedad agraria?
b) ¿Son sinónimos "gran propiedad" y "latifundio"?. Si no lo fuesen cuáles serían las diferencias.
c) Explique las causas de las que deriva esta distribución y las consecuencias principales que se han derivado de ella.

 
a) Guadalajara, Cáceres, Badajoz, Ciudad Real, Albacete, Jaén, Córdoba, Sevilla, Huelva y Cádiz.
b) No, no son sinónimos. El primer término hace referencia a la estructura de propiedad de la tierra y el segundo a la estructura de las explotaciones. Cuando hablamos de propiedad de la tierra nos referimos a su titularidad, es decir, a quién pertenece. Por su parte, la explotación es la unidad técnico-económica de la que se obtiene los productos agrarios.
Aunque históricamente han coincidido gran propiedad y latifundio, puede darse el caso de latifundios (grandes explotaciones) compuestas de distintas propiedades más pequeñas que son explotadas en régimen indirecto, por ejemplo, de arrendamiento. Podría suceder así que una zona en la que predomina la pequeña propiedad pudiese tener un paisaje de latifundios.
Tampoco conviene identificar latifundio con una gestión ineficaz de la tierra caracterizada por baja capitalización, bajo nivel tecnológico, bajos rendimientos…, pues existen latifundios intensivos de alta productividad.
c) Las causas de esta distribución proceden de factores naturales y, sobre todo, de los procesos históricos de ocupación del territorio y su evolución posterior.
El minifundio es propio de regiones con una tradicionalmente baja densidad de población y hábitat disperso o mixto, y/o zonas montañosas con un relieve accidentado y suelos –por lo general- de poca calidad, lo que limita la superficie cultivable y la fragmenta, favorece la actividad ganadera y forestal y, además, la abundancia de agua no exige la concentración en torno a la presencia del recurso.
El latifundio se origina en la mitad sur de España en relación con el proceso de Reconquista y Repoblación. El reparto de tierras beneficia a la nobleza, las Ordenes Militares y la Iglesia. Incluso cuando se procedió a repartimientos que favorecían la pequeña propiedad, el continuo peligro de la frontera hizo que, por el abandono, muchos minifundios acabaran en las manos de los grandes señores. Posteriormente las desamortizaciones consolidan la gran propiedad, ya que -en contra de lo que se pretendía- los compradores –burgueses- ya tenían condición de propietarios. Asimismo, la desamortización civil privó a los municipios de un amplísimo patrimonio, base del sustento de los más humildes.
La consecuencia en la estructura agraria fue muy grande, pues supuso el trasiego de una gran cantidad de tierra de propiedad colectiva a manos de particulares.
El resultado de todos estos procesos fue una concentración notable de la propiedad y la proletarización del campesinado (jornaleros), al haber más personas y menos tierras que labrar, ya que el antiguo latifundio se relaciona con cultivo extensivo, bajo rendimiento, jornaleros con paro estacional y absentismo de los propietarios. De hecho, la desigualdad en la distribución de la tierra estuvo en la base de la conflictividad social y de las demandas de reforma agraria, que se materializaron en la Segunda República, pero quedaron anuladas tras la Guerra Civil.
Hay que señalar también que fenómenos más recientes de carácter económico-social han modificado la estructura de la propiedad agraria. Es el caso del éxodo rural y el abandono de la actividad agraria por los más jóvenes. En muchas ocasiones el resultado es la venta de pequeñas propiedades que pasan a formar parte de otras que, de esta manera, aumentan su extensión.
Lo prueba la evolución en los últimos cincuenta años, donde se ha reducido sustancialmente el número de explotaciones agrarias a la vez que ha aumentado la superficie media de las mismas. Con ello se ha corregido en parte el problema de la pequeña propiedad, aunque el proceso ha podido acentuar otro de los problemas agrarios en España: el del exceso de parcelación.
Los latifundios tradicionales aportan consecuencias económicas negativas, ya que la mayoría de los propietarios llevaba una explotación extensiva de las propiedades basada en la explotación de los jornaleros, una masa de mano de obra abundante y barata con escaso poder adquisitivo, lo que no permitía el aumenta de la demanda y por tanto de la industrialización. Ello, además, impide el desarrollo de los medianos propietarios e impide el desarrollo de la clase media.
Estos sistemas extensivos de los latifundios, que por sí mismo daban grandes beneficios, impidieron durante mucho tiempo el desarrollo y la modernización agraria, perpetuando un sistema de bajos rendimientos, infrautilización de la tierra, baja capitalización, bajo nivel tecnológico y una mano de obra empleada en condiciones precarias y, en consecuencia, con bajo nivel de vida, lo que estuvo en la base de las luchas obreras campesinas y la consideración de la tierra como problema
El minifundio, por su parte, también genera algunos problemas: impide la agricultura competitiva, la mecanización y otras innovaciones debido a sus bajos ingresos, creando en muchos casos una agricultura poco evolucionada y casi de subsistencia. Su abandono propició el despoblamiento de amplias zonas del interior norte peninsular.


PRÁCTICA Nº 2
El mapa representa los usos del suelo agrario. Analícelo y conteste las cuestiones siguientes:
a) Nombre todas las provincias que tienen una aportación equilibrada de agricultura y ganadería
b) ¿Qué relaciones pueden existir entre el uso agrícola y las condiciones naturales de España?
c) Comente los elementos predominantes en los paisajes de las áreas con mayor aportación ganadera. Enumérelos y distíngalos.
a) León, Zamora, Salamanca, Cáceres, Badajoz, Ávila, Toledo, Guadalajara, Soria, Guadalajara, Zaragoza, Teruel, Huesca y Baleares.
b) La mayor aportación agrícola predomina en las áreas dominadas por relieve de topografía llana y clima mediterráneo, caracterizado por altas temperaturas en verano y una acusada aridez estival, además de la notable irregularidad estacional e interanual de las precipitaciones. Esto hace imposible la existencia de prados naturales, necesarios para el desarrollo de la ganadería extensiva o mixta.
Dentro de esta zona existen distintos tipos de cultivo en función de:
·        La topografía local, las diferencias térmicas debidas a latitud y altitud, y la posición costera o interior.
·        La diferente distribución de recursos hídricos superficiales o subterráneos.
·        La diversa calidad de los suelos.
Las áreas de mayor aportación agrícola del levante y sur peninsular, se corresponden con suelos arcillosos y calizos y con clima mediterráneo, factores que favorecen el laboreo agrícola tanto extensivo como intensivo. El intensivo se concentra en áreas del litoral costero, favorecido por las favorables condiciones climáticas. El extensivo es más propio de las zonas de interior. En ambos casos las mayores rentabilidades se relacionan con las prácticas del regadío.
Las zonas de levante presentan un acusada déficit hídrico, lo que hace necesario el uso del regadío. La predominante litología caliza en muchas de estas zonas permite la filtración del agua y la consiguiente riqueza en aguas subterráneas, que constituyen un soporte para el riego con aguas subterráneas.
En zonas como Álava, La Rioja y Navarra las condiciones de clima y suelo y los regadíos del Ebro han permitido el desarrollo agrícola, basado en el viñedo (Rioja) o los productos de huerta con destino a la industria de conservas vegetales.
c) Los elementos predominantes en los paisajes con mayor aportación ganadera son:
1.      Las zonas con mayor aportación ganadera son: Galicia, Asturias, Cantabria, la costa atlántica vasca, Cataluña y, en la zona centro, las provincias de Madrid y Segovia.
2.      Relieve: montaña media, menos apta para la agricultura.
3.      Clima, en general, húmedo, que favorece el desarrollo de prados que ofrecen alimento para el ganado. Ello no es aplicable a zonas de Cataluña y Madrid en las que hay un predominio de la ganadería intensiva estabulada, destacando el porcino en Cataluña, relacionado con la industria chacinera.
4.      Vegetación: La ganadería se desarrolla fundamentalmente en zonas en las que predomina la cubierta vegetal herbácea. Ello no es necesariamente aplicable a la intensiva estabulada.
5.      Estructura de las explotaciones: La ganadería extensiva puede estar ligada al latifundio, pero también –como ocurre en Galicia- a pequeñas explotaciones de carácter familiar. Por su parte, la ganadería intensiva estabulada concede poco valor al factor extensión.
6.      Poblamiento: en estas zonas abunda, en general, el poblamiento disperso o intercalar.
7.      La distribución de la cabaña ganadera: El ganado vacuno predomina en las regiones de la España húmeda; el ovino presenta un mayor grado de difusión sobre la geografía española; el porcino esta, por una parte, ligado a las grandes dehesas del oeste y suroeste peninsular, donde se cría en régimen extensivo y, por otro lado, destaca en Cataluña, Castellón, Segovia, Murcia, Toledo… en régimen de estabulación destinado al consumo a través de la industria chacinera; los principales centros avícolas se relacionan con los grandes centros de consumo: Comunidad Valenciana, Cataluña, Madrid…
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PRÁCTICA Nº 3
En el mapa se representa la distribución de las áreas de regadío. Con su información conteste a las preguntas:
a) Diga del 1 al 7 el nombre de las CC.AA. señaladas, afectadas por el máximo regadío. Además, señale el nombre de todas las provincias que componen la comunidad número 5
b) Deduzca de la información del mapa las posibles causas que explican la localización de la agricultura de regadío en la Península Ibérica.
c) Enumere los cultivos predominantes en las tierras de regadío de España.
d) Relaciona este mapa con el problema del agua en la actualidad en España.
a) 1: Aragón; 2: Comunidad Valenciana; 3: Castilla-León; 4: Extremadura; 5: Castilla-La Mancha 6: Comunidad Murciana  y 7: Andalucía. CCAA número 5: Guadalajara, Cuenca, Toledo, Ciudad Real y Albacete
b) La distribución espacial del regadío es muy desigual. El mapa muestra cómo es casi inexistente en la España húmeda mientras que en las zonas secas es abundante.
La localización del regadío en la Península atiende a las siguientes causas:
·        La zona norte corresponde al dominio climático atlántico. Sus precipitaciones, abundantes y regulares, son suficientes para mantener la actividad agraria. Además, por su relieve y la abundancia de pastos, está más orientada hacia la ganadería y la explotación forestal. Así, apenas es necesario el regadío.
·        La zona interior peninsular corresponde al dominio mediterráneo. Las lluvias son escasas e irregulares y los veranos largos, secos y calurosos. En estas condiciones se impone la agricultura extensiva de regadío  (cereal, vid, olivo,  girasol… ), mantenida gracias al agua procedente de las grandes cuencas interiores (Duero, Tajo, Guadiana) y depresiones exteriores (Ebro y Guadalquivir), ligada a la red de embalses, que junto a los suelos arcillosos de gran fertilidad, la mecanización y la demanda de cereales-pienso y de cultivos industriales, favorecen su rentabilidad.
·        El área más densamente ocupada por el regadío es la Depresión del Ebro, con un clima continentalizado de precipitaciones muy escasas, con valores anuales casi subdesérticos en algunos puntos, lo que exige la presencia del regadío.
·        También la aridez del levante peninsular impone una agricultura de regadío. En general, en el área litoral mediterránea se da el regadío intensivo, por reunir favorables condiciones físicas (temperaturas suaves, suelos apropiados) y humanos (mercado nacional e internacional, buenas comunicaciones…).
c) Los principales cultivos de regadío serían: el arroz, la remolacha, verduras y hortalizas (zanahoria, lechuga, pimiento, tomate…), frutales (cítricos, frutales de huerta como la fresa), legumbres (lentejas, garbanzos, judías), plantas forrajeras y algodón (a la baja)…
d) ·El problema principal reside en que, en general,  los territorios que más agua necesitan son los que presentan déficit hídrico y algunas de las zonas que más han potenciado el regadío (Levante), tienen balances hídricos muy deficitarios. Por eso sus necesidades de agua provocan la sobreexplotación de sus aguas superficiales y subterráneas (sobrexplotación de sus acuíferos) y conflictos de uso con otras demandas (urbanas, turísticas, industriales…).
Para resolver estos problemas han de recurrir a trasvases de otras cuencas, lo que exige enormes inversiones y genera problemas políticos y enfrentamientos entre CC.AA.
·En un país con frecuentes problemas de abastecimiento de agua, el regadío consume más del 75% del total de agua, siendo frecuente su uso todavía poco racional por el empleo de técnicas y métodos obsoletos o poco adecuados.
·El riego, por exceso o mal uso, provoca graves daños medioambientales, destacando la salinización del suelo, la sobreexplotación de acuíferos, los daños a zonas húmedas o la contaminación de las aguas por el mal uso de productos químicos de uso agrícola.
 Sin embargo, la extensión del regadío se justifica por su alta rentabilidad: una hectárea regada produce seis veces más que una de secano (más aún en el caso de los cultivos de invernadero y bajo plástico) y por su contribución a las exportaciones de productos hortofrutícolas y al desarrollo rural: mantiene la actividad agraria, genera empleo agrario e industrial (industria agroalimentaria) y eleva la renta de las zonas rurales.
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PRÁCTICA Nº 4
El mapa representa la distribución de los diferentes paisajes agrarios de España. Analícelo y responda a las siguientes preguntas
a) Diga el nombre de las provincias donde se localizan los paisajes agrarios de la España húmeda (ganadera y forestal). Explique algunas causas.
b) Explique los factores geográficos que condicionan la localización de los paisajes de la España mediterránea cálida.
c) Deduzca de la información del mapa los cultivos dominantes que se producen en el interior peninsular.
a) Pontevedra, A Coruña, Lugo, Orense, Asturias, León, Cantabria, Palencia, Burgos, Vizcaya, Guipúzcoa, Logroño, Navarra, Huesca y Lérida.
Esta zona posee un relieve accidentado, con escasas superficies llanas y clima oceánico, que no propicia el desarrollo de muchos cultivos que requieren temperaturas más elevadas y menores precipitaciones. Este clima, sin embargo, favorece la presencia de prados naturales. Por eso la superficie cultivada es poco extensa y tiende a especializarse en cultivos de huerta y plantas forrajeras para el ganado (alfalfa, maíz forrajero); mientras la ganadería, sobre todo la bovina, destinada a la producción de carne y leche en régimen extensivo o mixto, se ve favorecida por los abundantes prados naturales, la demanda urbana de productos lácteos y carne y la actividad agraria a tiempo parcial (requiere menos mano de obra).
Las condiciones físicas también favorecen la presencia de masas boscosas y la explotación forestal. Todo ello conlleva el  desarrollo de la actividad ganadera y forestal por delante de la agraria.
b) Los principales factores son el relieve y el clima. El relieve es llano en la llanura litoral –a veces muy estrecha-, la depresión del Guadalquivir y la Cuenca del Guadiana, y algo más accidentado en las zonas pre-litorales. El clima mediterráneo costero presenta precipitaciones escasas e irregulares, acusada sequía estival e inviernos muy suaves térmicamente gracias a la influencia del mar Mediterráneo y, a veces, al efecto de barrera que respecto a los vientos fríos ejercen las cordilleras cercanas al litoral. Aunque en las zonas interiores se rozan los inviernos fríos y no faltan las heladas, la suavidad del clima permite el cultivo de especies muy diversas. En las zonas costeras estas características favorecen la producción hortofrutícola a través de una agricultura intensiva (cultivo bajo plásticos, cultivos tropicales, fresa…).
Otro factos a tener en cuenta es el de los suelos, preferentemente arcillosos y muy aptos para la agricultura (campiñas béticas, regadíos de Badajoz…) y en menor medida suelos calizos
En algunas zonas factores históricos (sistemas tradicionales) y humanos como la elevada densidad del poblamiento explican paisajes como el de las huertas de Valencia y Murcia.
c) En el interior peninsular, los secanos extensivos han estado dominados por la llamada trilogía mediterránea: los cereales, la vid y el olivo.  En el pasado, en los secanos los cereales rotaban con barbecho y/o con leguminosas, además de estar ocupados por cultivos como la vid y el olivo, bien como monocultivos o asociados a otros aprovechamientos.
En la actualidad, el trigo ha sido sustituido en parte por la cebada; y el barbecho, gracias al regadío y al uso de abonos químicos, se ha reemplazado por las rotaciones con cultivos industriales que utilizan el girasol como cultivo de descanso. Esta tendencia choca con la reforma de la PAC, que, para acceder a las ayudas, obliga al agricultor a dejar en barbecho una parte de la superficie y ha reducido las ayudas al girasol.
Los cereales predominan en Castilla y León, mientras que el olivar y la vid cobran importancia en Castilla-La Mancha, Aragón y Extremadura. El viñedo destaca en La Rioja y Navarra por su calidad y extensión.
En cuanto a los Regadíos Mixtos, de las huertas tradicionales se ha pasado a cultivos industriales. El regadío ha permitido diversificar la producción: plantas industriales como la remolacha azucarera, el lúpulo y el tabaco; los forrajes, como la alfalfa y el maíz, para la alimentación del ganado; y los cultivos hortofrutícolas que son la bases de la industria conservera en tierras riojanas, navarras y aragonesas del valle del Ebro.
En otra ocasión el apartado b formuló la siguiente pregunta: Explique qué relación existe entre la localización de los paisajes de montaña húmeda y las unidades de relieve peninsular. ¿Cómo se deduce dicha relación de la información del mapa? Un modelo de respuesta sería:
La localización de los bosques y pastizales está relacionada con las unidades del relieve peninsular, puesto que su área coincide en gran parte con la de los sistemas montañosos, especialmente los de la mitad norte. En las montañas la vegetación se escalona en pisos en función de la altura, localizándose los bosques propios del área climática en la base y los pastizales en las mayores altitudes, donde las bajas temperaturas impiden el desarrollo de los árboles.
En los sistemas montañosos ubicados en el área de clima mediterráneo, especialmente en los de la mitad sur peninsular, los pastizales tienen menor extensión y se reducen al fondo de los valles y otras zonas húmedas. También existen pastizales en los relieves llanos de las penillanuras zamorana-salmantina y extremeña, donde el roquedo silíceo del antiguo zócalo paleozoico da lugar a suelos pobres, dedicados en gran parte a dehesas de encinas y pastizales. Esta relación se deduce observando la leyenda del mapa correspondiente a bosques y pastizales y comparando su localización con la de las unidades de relieve.