martes, 14 de febrero de 2017

PRÁCTICA DEL TEMA 12

PRÁCTICA Nº 1
En el mapa se representa la distribución de la propiedad agraria por provincias. Conteste a las siguientes preguntas:
a) ¿En qué provincias la gran propiedad supone más del 50% del total de la propiedad agraria?
b) ¿Son sinónimos "gran propiedad" y "latifundio"?. Si no lo fuesen cuáles serían las diferencias.
c) Explique las causas de las que deriva esta distribución y las consecuencias principales que se han derivado de ella.

 
a) Guadalajara, Cáceres, Badajoz, Ciudad Real, Albacete, Jaén, Córdoba, Sevilla, Huelva y Cádiz.
b) No, no son sinónimos. El primer término hace referencia a la estructura de propiedad de la tierra y el segundo a la estructura de las explotaciones. Cuando hablamos de propiedad de la tierra nos referimos a su titularidad, es decir, a quién pertenece. Por su parte, la explotación es la unidad técnico-económica de la que se obtiene los productos agrarios.
Aunque históricamente han coincidido gran propiedad y latifundio, puede darse el caso de latifundios (grandes explotaciones) compuestas de distintas propiedades más pequeñas que son explotadas en régimen indirecto, por ejemplo, de arrendamiento. Podría suceder así que una zona en la que predomina la pequeña propiedad pudiese tener un paisaje de latifundios.
Tampoco conviene identificar latifundio con una gestión ineficaz de la tierra caracterizada por baja capitalización, bajo nivel tecnológico, bajos rendimientos…, pues existen latifundios intensivos de alta productividad.
c) Las causas de esta distribución proceden de factores naturales y, sobre todo, de los procesos históricos de ocupación del territorio y su evolución posterior.
El minifundio es propio de regiones con una tradicionalmente baja densidad de población y hábitat disperso o mixto, y/o zonas montañosas con un relieve accidentado y suelos –por lo general- de poca calidad, lo que limita la superficie cultivable y la fragmenta, favorece la actividad ganadera y forestal y, además, la abundancia de agua no exige la concentración en torno a la presencia del recurso.
El latifundio se origina en la mitad sur de España en relación con el proceso de Reconquista y Repoblación. El reparto de tierras beneficia a la nobleza, las Ordenes Militares y la Iglesia. Incluso cuando se procedió a repartimientos que favorecían la pequeña propiedad, el continuo peligro de la frontera hizo que, por el abandono, muchos minifundios acabaran en las manos de los grandes señores. Posteriormente las desamortizaciones consolidan la gran propiedad, ya que -en contra de lo que se pretendía- los compradores –burgueses- ya tenían condición de propietarios. Asimismo, la desamortización civil privó a los municipios de un amplísimo patrimonio, base del sustento de los más humildes.
La consecuencia en la estructura agraria fue muy grande, pues supuso el trasiego de una gran cantidad de tierra de propiedad colectiva a manos de particulares.
El resultado de todos estos procesos fue una concentración notable de la propiedad y la proletarización del campesinado (jornaleros), al haber más personas y menos tierras que labrar, ya que el antiguo latifundio se relaciona con cultivo extensivo, bajo rendimiento, jornaleros con paro estacional y absentismo de los propietarios. De hecho, la desigualdad en la distribución de la tierra estuvo en la base de la conflictividad social y de las demandas de reforma agraria, que se materializaron en la Segunda República, pero quedaron anuladas tras la Guerra Civil.
Hay que señalar también que fenómenos más recientes de carácter económico-social han modificado la estructura de la propiedad agraria. Es el caso del éxodo rural y el abandono de la actividad agraria por los más jóvenes. En muchas ocasiones el resultado es la venta de pequeñas propiedades que pasan a formar parte de otras que, de esta manera, aumentan su extensión.
Lo prueba la evolución en los últimos cincuenta años, donde se ha reducido sustancialmente el número de explotaciones agrarias a la vez que ha aumentado la superficie media de las mismas. Con ello se ha corregido en parte el problema de la pequeña propiedad, aunque el proceso ha podido acentuar otro de los problemas agrarios en España: el del exceso de parcelación.
Los latifundios tradicionales aportan consecuencias económicas negativas, ya que la mayoría de los propietarios llevaba una explotación extensiva de las propiedades basada en la explotación de los jornaleros, una masa de mano de obra abundante y barata con escaso poder adquisitivo, lo que no permitía el aumenta de la demanda y por tanto de la industrialización. Ello, además, impide el desarrollo de los medianos propietarios e impide el desarrollo de la clase media.
Estos sistemas extensivos de los latifundios, que por sí mismo daban grandes beneficios, impidieron durante mucho tiempo el desarrollo y la modernización agraria, perpetuando un sistema de bajos rendimientos, infrautilización de la tierra, baja capitalización, bajo nivel tecnológico y una mano de obra empleada en condiciones precarias y, en consecuencia, con bajo nivel de vida, lo que estuvo en la base de las luchas obreras campesinas y la consideración de la tierra como problema
El minifundio, por su parte, también genera algunos problemas: impide la agricultura competitiva, la mecanización y otras innovaciones debido a sus bajos ingresos, creando en muchos casos una agricultura poco evolucionada y casi de subsistencia. Su abandono propició el despoblamiento de amplias zonas del interior norte peninsular.


PRÁCTICA Nº 2
El mapa representa los usos del suelo agrario. Analícelo y conteste las cuestiones siguientes:
a) Nombre todas las provincias que tienen una aportación equilibrada de agricultura y ganadería
b) ¿Qué relaciones pueden existir entre el uso agrícola y las condiciones naturales de España?
c) Comente los elementos predominantes en los paisajes de las áreas con mayor aportación ganadera. Enumérelos y distíngalos.
a) León, Zamora, Salamanca, Cáceres, Badajoz, Ávila, Toledo, Guadalajara, Soria, Guadalajara, Zaragoza, Teruel, Huesca y Baleares.
b) La mayor aportación agrícola predomina en las áreas dominadas por relieve de topografía llana y clima mediterráneo, caracterizado por altas temperaturas en verano y una acusada aridez estival, además de la notable irregularidad estacional e interanual de las precipitaciones. Esto hace imposible la existencia de prados naturales, necesarios para el desarrollo de la ganadería extensiva o mixta.
Dentro de esta zona existen distintos tipos de cultivo en función de:
·        La topografía local, las diferencias térmicas debidas a latitud y altitud, y la posición costera o interior.
·        La diferente distribución de recursos hídricos superficiales o subterráneos.
·        La diversa calidad de los suelos.
Las áreas de mayor aportación agrícola del levante y sur peninsular, se corresponden con suelos arcillosos y calizos y con clima mediterráneo, factores que favorecen el laboreo agrícola tanto extensivo como intensivo. El intensivo se concentra en áreas del litoral costero, favorecido por las favorables condiciones climáticas. El extensivo es más propio de las zonas de interior. En ambos casos las mayores rentabilidades se relacionan con las prácticas del regadío.
Las zonas de levante presentan un acusada déficit hídrico, lo que hace necesario el uso del regadío. La predominante litología caliza en muchas de estas zonas permite la filtración del agua y la consiguiente riqueza en aguas subterráneas, que constituyen un soporte para el riego con aguas subterráneas.
En zonas como Álava, La Rioja y Navarra las condiciones de clima y suelo y los regadíos del Ebro han permitido el desarrollo agrícola, basado en el viñedo (Rioja) o los productos de huerta con destino a la industria de conservas vegetales.
c) Los elementos predominantes en los paisajes con mayor aportación ganadera son:
1.      Las zonas con mayor aportación ganadera son: Galicia, Asturias, Cantabria, la costa atlántica vasca, Cataluña y, en la zona centro, las provincias de Madrid y Segovia.
2.      Relieve: montaña media, menos apta para la agricultura.
3.      Clima, en general, húmedo, que favorece el desarrollo de prados que ofrecen alimento para el ganado. Ello no es aplicable a zonas de Cataluña y Madrid en las que hay un predominio de la ganadería intensiva estabulada, destacando el porcino en Cataluña, relacionado con la industria chacinera.
4.      Vegetación: La ganadería se desarrolla fundamentalmente en zonas en las que predomina la cubierta vegetal herbácea. Ello no es necesariamente aplicable a la intensiva estabulada.
5.      Estructura de las explotaciones: La ganadería extensiva puede estar ligada al latifundio, pero también –como ocurre en Galicia- a pequeñas explotaciones de carácter familiar. Por su parte, la ganadería intensiva estabulada concede poco valor al factor extensión.
6.      Poblamiento: en estas zonas abunda, en general, el poblamiento disperso o intercalar.
7.      La distribución de la cabaña ganadera: El ganado vacuno predomina en las regiones de la España húmeda; el ovino presenta un mayor grado de difusión sobre la geografía española; el porcino esta, por una parte, ligado a las grandes dehesas del oeste y suroeste peninsular, donde se cría en régimen extensivo y, por otro lado, destaca en Cataluña, Castellón, Segovia, Murcia, Toledo… en régimen de estabulación destinado al consumo a través de la industria chacinera; los principales centros avícolas se relacionan con los grandes centros de consumo: Comunidad Valenciana, Cataluña, Madrid…
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PRÁCTICA Nº 3
En el mapa se representa la distribución de las áreas de regadío. Con su información conteste a las preguntas:
a) Diga del 1 al 7 el nombre de las CC.AA. señaladas, afectadas por el máximo regadío. Además, señale el nombre de todas las provincias que componen la comunidad número 5
b) Deduzca de la información del mapa las posibles causas que explican la localización de la agricultura de regadío en la Península Ibérica.
c) Enumere los cultivos predominantes en las tierras de regadío de España.
d) Relaciona este mapa con el problema del agua en la actualidad en España.
a) 1: Aragón; 2: Comunidad Valenciana; 3: Castilla-León; 4: Extremadura; 5: Castilla-La Mancha 6: Comunidad Murciana  y 7: Andalucía. CCAA número 5: Guadalajara, Cuenca, Toledo, Ciudad Real y Albacete
b) La distribución espacial del regadío es muy desigual. El mapa muestra cómo es casi inexistente en la España húmeda mientras que en las zonas secas es abundante.
La localización del regadío en la Península atiende a las siguientes causas:
·        La zona norte corresponde al dominio climático atlántico. Sus precipitaciones, abundantes y regulares, son suficientes para mantener la actividad agraria. Además, por su relieve y la abundancia de pastos, está más orientada hacia la ganadería y la explotación forestal. Así, apenas es necesario el regadío.
·        La zona interior peninsular corresponde al dominio mediterráneo. Las lluvias son escasas e irregulares y los veranos largos, secos y calurosos. En estas condiciones se impone la agricultura extensiva de regadío  (cereal, vid, olivo,  girasol… ), mantenida gracias al agua procedente de las grandes cuencas interiores (Duero, Tajo, Guadiana) y depresiones exteriores (Ebro y Guadalquivir), ligada a la red de embalses, que junto a los suelos arcillosos de gran fertilidad, la mecanización y la demanda de cereales-pienso y de cultivos industriales, favorecen su rentabilidad.
·        El área más densamente ocupada por el regadío es la Depresión del Ebro, con un clima continentalizado de precipitaciones muy escasas, con valores anuales casi subdesérticos en algunos puntos, lo que exige la presencia del regadío.
·        También la aridez del levante peninsular impone una agricultura de regadío. En general, en el área litoral mediterránea se da el regadío intensivo, por reunir favorables condiciones físicas (temperaturas suaves, suelos apropiados) y humanos (mercado nacional e internacional, buenas comunicaciones…).
c) Los principales cultivos de regadío serían: el arroz, la remolacha, verduras y hortalizas (zanahoria, lechuga, pimiento, tomate…), frutales (cítricos, frutales de huerta como la fresa), legumbres (lentejas, garbanzos, judías), plantas forrajeras y algodón (a la baja)…
d) ·El problema principal reside en que, en general,  los territorios que más agua necesitan son los que presentan déficit hídrico y algunas de las zonas que más han potenciado el regadío (Levante), tienen balances hídricos muy deficitarios. Por eso sus necesidades de agua provocan la sobreexplotación de sus aguas superficiales y subterráneas (sobrexplotación de sus acuíferos) y conflictos de uso con otras demandas (urbanas, turísticas, industriales…).
Para resolver estos problemas han de recurrir a trasvases de otras cuencas, lo que exige enormes inversiones y genera problemas políticos y enfrentamientos entre CC.AA.
·En un país con frecuentes problemas de abastecimiento de agua, el regadío consume más del 75% del total de agua, siendo frecuente su uso todavía poco racional por el empleo de técnicas y métodos obsoletos o poco adecuados.
·El riego, por exceso o mal uso, provoca graves daños medioambientales, destacando la salinización del suelo, la sobreexplotación de acuíferos, los daños a zonas húmedas o la contaminación de las aguas por el mal uso de productos químicos de uso agrícola.
 Sin embargo, la extensión del regadío se justifica por su alta rentabilidad: una hectárea regada produce seis veces más que una de secano (más aún en el caso de los cultivos de invernadero y bajo plástico) y por su contribución a las exportaciones de productos hortofrutícolas y al desarrollo rural: mantiene la actividad agraria, genera empleo agrario e industrial (industria agroalimentaria) y eleva la renta de las zonas rurales.
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PRÁCTICA Nº 4
El mapa representa la distribución de los diferentes paisajes agrarios de España. Analícelo y responda a las siguientes preguntas
a) Diga el nombre de las provincias donde se localizan los paisajes agrarios de la España húmeda (ganadera y forestal). Explique algunas causas.
b) Explique los factores geográficos que condicionan la localización de los paisajes de la España mediterránea cálida.
c) Deduzca de la información del mapa los cultivos dominantes que se producen en el interior peninsular.
a) Pontevedra, A Coruña, Lugo, Orense, Asturias, León, Cantabria, Palencia, Burgos, Vizcaya, Guipúzcoa, Logroño, Navarra, Huesca y Lérida.
Esta zona posee un relieve accidentado, con escasas superficies llanas y clima oceánico, que no propicia el desarrollo de muchos cultivos que requieren temperaturas más elevadas y menores precipitaciones. Este clima, sin embargo, favorece la presencia de prados naturales. Por eso la superficie cultivada es poco extensa y tiende a especializarse en cultivos de huerta y plantas forrajeras para el ganado (alfalfa, maíz forrajero); mientras la ganadería, sobre todo la bovina, destinada a la producción de carne y leche en régimen extensivo o mixto, se ve favorecida por los abundantes prados naturales, la demanda urbana de productos lácteos y carne y la actividad agraria a tiempo parcial (requiere menos mano de obra).
Las condiciones físicas también favorecen la presencia de masas boscosas y la explotación forestal. Todo ello conlleva el  desarrollo de la actividad ganadera y forestal por delante de la agraria.
b) Los principales factores son el relieve y el clima. El relieve es llano en la llanura litoral –a veces muy estrecha-, la depresión del Guadalquivir y la Cuenca del Guadiana, y algo más accidentado en las zonas pre-litorales. El clima mediterráneo costero presenta precipitaciones escasas e irregulares, acusada sequía estival e inviernos muy suaves térmicamente gracias a la influencia del mar Mediterráneo y, a veces, al efecto de barrera que respecto a los vientos fríos ejercen las cordilleras cercanas al litoral. Aunque en las zonas interiores se rozan los inviernos fríos y no faltan las heladas, la suavidad del clima permite el cultivo de especies muy diversas. En las zonas costeras estas características favorecen la producción hortofrutícola a través de una agricultura intensiva (cultivo bajo plásticos, cultivos tropicales, fresa…).
Otro factos a tener en cuenta es el de los suelos, preferentemente arcillosos y muy aptos para la agricultura (campiñas béticas, regadíos de Badajoz…) y en menor medida suelos calizos
En algunas zonas factores históricos (sistemas tradicionales) y humanos como la elevada densidad del poblamiento explican paisajes como el de las huertas de Valencia y Murcia.
c) En el interior peninsular, los secanos extensivos han estado dominados por la llamada trilogía mediterránea: los cereales, la vid y el olivo.  En el pasado, en los secanos los cereales rotaban con barbecho y/o con leguminosas, además de estar ocupados por cultivos como la vid y el olivo, bien como monocultivos o asociados a otros aprovechamientos.
En la actualidad, el trigo ha sido sustituido en parte por la cebada; y el barbecho, gracias al regadío y al uso de abonos químicos, se ha reemplazado por las rotaciones con cultivos industriales que utilizan el girasol como cultivo de descanso. Esta tendencia choca con la reforma de la PAC, que, para acceder a las ayudas, obliga al agricultor a dejar en barbecho una parte de la superficie y ha reducido las ayudas al girasol.
Los cereales predominan en Castilla y León, mientras que el olivar y la vid cobran importancia en Castilla-La Mancha, Aragón y Extremadura. El viñedo destaca en La Rioja y Navarra por su calidad y extensión.
En cuanto a los Regadíos Mixtos, de las huertas tradicionales se ha pasado a cultivos industriales. El regadío ha permitido diversificar la producción: plantas industriales como la remolacha azucarera, el lúpulo y el tabaco; los forrajes, como la alfalfa y el maíz, para la alimentación del ganado; y los cultivos hortofrutícolas que son la bases de la industria conservera en tierras riojanas, navarras y aragonesas del valle del Ebro.
En otra ocasión el apartado b formuló la siguiente pregunta: Explique qué relación existe entre la localización de los paisajes de montaña húmeda y las unidades de relieve peninsular. ¿Cómo se deduce dicha relación de la información del mapa? Un modelo de respuesta sería:
La localización de los bosques y pastizales está relacionada con las unidades del relieve peninsular, puesto que su área coincide en gran parte con la de los sistemas montañosos, especialmente los de la mitad norte. En las montañas la vegetación se escalona en pisos en función de la altura, localizándose los bosques propios del área climática en la base y los pastizales en las mayores altitudes, donde las bajas temperaturas impiden el desarrollo de los árboles.
En los sistemas montañosos ubicados en el área de clima mediterráneo, especialmente en los de la mitad sur peninsular, los pastizales tienen menor extensión y se reducen al fondo de los valles y otras zonas húmedas. También existen pastizales en los relieves llanos de las penillanuras zamorana-salmantina y extremeña, donde el roquedo silíceo del antiguo zócalo paleozoico da lugar a suelos pobres, dedicados en gran parte a dehesas de encinas y pastizales. Esta relación se deduce observando la leyenda del mapa correspondiente a bosques y pastizales y comparando su localización con la de las unidades de relieve.

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